“Con todos los caminos inundados, no se puede sacar la producción. Peor la situación de los productores lácteos, así no se puede.”
Los últimos 4 años no han sido fáciles para los productores agropecuarios de la zona. Los campos que van desde Arroyo Algodón hasta Oliva, y desde Pampayasta Sur hasta Los Zorros, se encuentran inundados.
Franco Castagnaro, productor familiar de 40 años de Colazo, organizó una fuerte demostración junto a 300 chacareros de la región el pasado 6 de mayo, haciendo que la voz de ellos sea finalmente escuchada con atención por las autoridades provinciales. Con él estuvimos conversando en exclusiva.
¿De dónde viene el problema de las inundaciones de los campos?
Tenemos exceso hídrico en la zona hace cuatro años. Y con todos los caminos inundados, no se puede sacar la producción de cereales del campo y muchos se terminan pudriendo con alguna lluvia nueva. Peor la situación de los productores lácteos, que tienen que sacar la leche del campo todos los días, y así no se puede.
Todo empezó con una ruta que construyeron de Colazo a Oliva, que cortó al medio con varios bajos naturales, y que no le pusieron sus alcantarillas. Aparte se hicieron muchos desagües y canales clandestinos en la zona de Oliva y otros lugares, y el agua viene a parar a toda esta zona.
¿Cómo surge la organización para visibilizar el reclamo?
Hace 15 días, un día de hartazgo llegué al campo y veía como el agua venía y venía. Entonces mandé un audio para convocarnos a la autopista, y al haber muchos productores con el mismo problema, el audio se viralizó, y se llegó mucha gente, como 300 y pico de personas, que son 300 y pico de problemas reales. Toda gente de la región: La Playosa, Arroyo Algodón, San Antonio de Litín, James Craik. Para nosotros fue primero una llamada de atención al gobierno. Uno se la pasa trabajando y no se puede producir, y es todo el pueblo el que sufre.
“Todo es cuestión de consciencia, si todos pretenden cuidar su campito, la Argentina no va a ningún lado.”
¿Cuál fue la respuesta del gobierno?
Se hizo presente Liliana Alassia, directora de la parte láctea del Ministerio. Ella es una persona muy interesante, porque fue la mediadora de ambas partes. El martes siguiente nos reunimos en Córdoba, y les hicimos el mismo planteo que venimos haciendo individualmente hace tres años y medio por las oficinas públicas. Y siempre nos decían, “bueno, bueno, ya vamos a ver”.
Ahora le pudimos decir las cosas de frente al Ministro Busso. Ahí nomás dio directivas para que se pusieran a trabajar los responsables de las áreas. Se dividió la zona en dos cuencas con problemas de agua: la de James Craik y la de Oliva. Se hicieron reuniones el viernes en los dos lugares, con gente del ministerio y productores afectados. Y ya el día sábado estaban los trabajadores ahí, ingenieros y demás, tomando mediciones para ver por dónde podrían pasar los canales. Es lo que siempre pedimos, pero nunca lo quisieron hacer por las buenas.
¿Y ahora como sigue la organización?
Ha habido mucha solidaridad de la gente. Hay una realidad en los pueblos chicos: cuando el campo no produce, el pueblo muere, todo queda parado. Y ahora se fueron sumando nuevos colonos comprometidos, que van coordinando con las áreas para gestionar los permisos de paso, los papeles, etc. Se empezaron a normalizar los consorcios canaleros y camineros, con gente comprometida. Todo es cuestión de consciencia, si todos pretenden cuidar su campito, la Argentina no va a ningún lado. Hay mucha gente nueva y de distintas zonas. Nosotros sabemos que esto es al mediano y largo plazo, pero si no vemos que se van resolviendo los asuntos, vamos a estar de nuevo haciendo otra manifestación.