Golpe al comercio

Desde hace varias semanas la situación económica viene siendo un eje en la agenda pública. Los sectores relacionados al comercio de la ciudad, a través de sus representaciones gremiales e institucionales, plantearon reiteradas veces su preocupación frente a esta coyuntura.

A pesar de las iniciativas oficiales para impulsar las ventas como el programa “Ahora 12” y “Ahora 18” la actividad de los comercios, entre cierres, mudanzas y reducción de las ventas y de personal, van trazando un panorama desalentador. Teniendo en cuenta que el comercio es casi el 50% de la actividad registrada en la localidad, su suerte es un reflejo del conjunto de la ciudad.

Dos casos que tomaron repercusión en las últimas semanas en la ciudad de Villa María, aunque no son los únicos, son los de Goya, que en junio cerró sus puertas en medio de denuncias de vaciamiento y falta de pago de salarios, y la cadena de electrodomésticos Ribeiro, que presentó el pedido formal de “procedimiento preventivo de crisis”, abriendo la posibilidad de despedir trabajadores pagando una indemnización reducida y recortando las jornadas laborales con sus respectivos salarios.

Datos Oficiales

Este martes el INDEC publicó los números de la actividad económica del último mes, siendo el comercio el que más se ha visto afectado con una caída cercana al 10%, por encima del 4,5% del promedio general.

Según los datos de la Secretaría de Economía y Finanzas de la Municipalidad de Villa María, que releva la actividad económica en base a la contribución de la tasa municipal, el número de contribuyentes se redujo en 510 de enero a junio de 2019, arrojando en la actualidad un total de 5.418.

La distribución del número de aportantes por rubro nos arroja que el 47,66% es de comercio, 31,57% de servicios, y el resto se reparte en actividades productivas, construcción y otros. 

El 70,59% del total de contribuyentes es Responsable Inscripto (tanto unipersonales como sociedades) y el 29,40% restante son monotributistas (pequeños contribuyentes independientes), lo que significa que muchos de ellos actúan por cuenta propia sin empleados.

Según pudo relevar este periódico, las altas y bajas de locales se efectúa sin distinciones geográficas (ver mapas pág 5), ya que responden a las mismas zonas, principalmente microcentro y barrios aledaños. En cuanto a la cantidad de locales físicos, estos descendieron de 158 a 147, aunque sin poder comprobar el tamaño de cada uno de ellos. 

Pero, ¿Qué dicen los comerciantes?

En abril, un relevamiento realizado por la Asociación Civil de Comercio y Servicios de Villa María (Acovim) reveló la presencia de 36 espacios comerciales vacíos en los alrededores de la Plaza Centenario y en la zona denominada “Vuelta del Perro” (la manzana comprendida entre la peatonal y calles Buenos Aires, Corrientes e Hipólito Yrigoyen). 

Según un informe presentado por FEDECOM (Federación Comercial de Córdoba), las ventas minoristas de los comercios pymes de la provincia de Córdoba finalizaron el mes de junio con una caída del 10,2% frente a igual mes del año anterior. 

En Villa María, el porcentual estuvo apenas un punto por debajo de la media y cerró con un 9 por ciento.

La actividad comercial lleva 17 meses consecutivos cayendo pronunciadamente, llegando a tocar fondo en mayo de este año, donde se llegó a tener una caída interanual de las ventas del 13,7%, explica el informe.

En conversación con Tribuna, Franco Monetti, presidente de AERCA, la cámara que nuclea a pequeñas y medianas empresas de Villa María y la región centro, dijo que la alta tasa de inflación generó que “el ingreso de las personas se vea disminuido y todos tuvimos que orientar nuestros gastos a aquellos desembolsos que son indispensables para la vida diaria”. 

Respecto al impacto de las nuevas tecnologías en las ventas añadió que “la nueva tendencia que se está generando es tocar una tecla y tener 10 ofertas por el mismo producto en menos de un segundo, y si el comercio local no se aggiorna a esta tendencia corremos el riesgo de quedar al margen de este nuevo sistema de comercialización”. 

Situación del trabajo

En la edición pasada (Tribuna ed. nro. 4) conversamos con Eduardo Belloccio, Secretario General del Centro Empleados de Comercio, donde nos comentó que la actividad comercial se encontraba resentida, lo que repercutía directamente sobre los trabajadores que ven afectadas sus condiciones laborales, o directamente son despedidos.

A finales del 2013, el Observatorio Integral de la Región (OIR), en la “Encuesta Anual de Hogares Urbanos” (EAHU) registró que el 23,8% de los trabajadores pertenecían a comercios mayoristas y minoristas, representando la actividad principal en lo que refiere a ocupación a nivel local. Lo seguían la industria manufacturera y la construcción, con un 13 y un 12% respectivamente.

Según la Encuesta Trimestral de Hogares (ETH) que realiza el Centro Estadístico Municipal, la desocupación creció en Villa María en relación con el último trimestre del año pasado y se ubicó en el 6,5 por ciento, lo que significa que unas 5.395 personas no tienen trabajo y buscan activamente.

Más específicamente, en el último año se redujo un 4% el empleo registrado privado en el sector del comercio, en base a la Encuesta de Indicadores Laborales que elabora el INDEC. Y eso no es todo: la devaluación del salario del trabajador en términos reales superó el 24% teniendo en cuenta el 31% de aumento salarial en el último año respecto a la inflación que ya supera el 55% interanual.

Si bien los números del comercio son bastante elocuentes, no llegan a reflejar cómo viven la situación sus trabajadores. Para la mayoría se trata del único espacio de trabajo, por lo que se ven en la necesidad de aceptar condiciones perjudiciales. Esto es así tanto entre los asalariados que deben admitir el pago “en negro” y sueldos congelados, como entre los comerciantes que deben afrontar los aumentos de alquileres, impuestos e insumos sin poder trasladarlos a los precios de venta, resignando así también sus condiciones de vida.