A partir de las PASO se nos impuso una agenda que define responsabilidades y establece los límites de nuestros problemas, por ende también nuestra forma de abordarlos. Hoy la discusión pasa por qué sectores tienen la fuerza de imponerse sobre otros en el estado de las relaciones sociales, siendo el Gobierno solo una expresión de ello.
Estos últimos días pudo verse cómo a pesar de que el Gobierno ejecute medidas que fueron consignas históricas de los movimientos populares como la eliminación del IVA, el estado práctico a través de los grupos que buscan imponerse es el que predomina sobre cualquier política pública o DNU.
La concentración del valor generado por los trabajadores en sólo una pequeña porción de manos hace que veamos con mayor claridad quienes son los que toman de facto las definiciones. En estas últimas semanas mediante un proceso muy acelerado de saqueo al pueblo trabajador a través de la deuda, devaluación y aumento del costo de vida, estos grupos se vieron más que beneficiados.
El sector del trabajo en el Estado también sufre sus consecuencias: Judiciales que reclaman por una recomposición salarial, en ANSES los trabajadores denuncian recorte de programas y desprestigio a la institución y en Fabricaciones Militares la constante desfinanciación que perjudica el estado del trabajo en un sector de producción estratégica.
Todo ello nos da pautas para identificar qué es lo que está en juego en este momento histórico. La reacción nos brinda la posibilidad de aprendizaje, y a partir de ello debemos avanzar aprovechando nuestro impulso para retomar la iniciativa y jugar el escenario principal: el de la construcción de nuestra fuerza desde el trabajo.