La quita del impuesto en productos de la canasta básica no mejoran las condiciones para los trabajadores mientras que las ganancias se siguen concentrando en pocas manos. Análisis del sector lácteo.
Luego de la mega devaluación del peso argentino que pulverizó los salarios de los trabajadores, el Gobierno Nacional salió a anunciar medidas para reducir el impacto de la misma en el consumo final de productos de la Canasta Básica Alimentaria (CBA). Entre ellas la eliminación del Impuesto al Valor Agregado (IVA).
A través del DNU presidencial (Decreto de Necesidad y Urgencia) 567/2019, se anunciaba que los consumidores finales dejarían de pagar el IVA (21%) sobre los productos contemplados en un listado que anexaba el mismo. Entre estos se encontraban: leche, aceite, azúcar, harinas de trigo y maíz, huevos, pan, yerba mate, té y yogurt.
En el documento se expresa “que dado el contexto económico y social imperante, se considera necesario establecer que la venta de ciertos productos de la canasta alimentaria, estará alcanzada por un alícuota equivalente al CERO POR CIENTO (0%)”.
Luego, en declaraciones a la prensa, el Ministro de Producción y Trabajo, Dante Sica, admitió que “no es que van a bajar los precios”, pero “lo que hace es que absorbe el impacto del aumento de los costos en toda la cadena anterior, que claramente está afectado por la variación del dólar”.
Cabe recordar que el IVA es el Impuesto al Valor Agregado que se carga sobre la cadena productiva hasta la mercancía en góndola. Si bien existen distintos valores, principalmente los productos están gravados por el 21%.
Los empresarios siguen de cerca las medidas
Rápidamente, empresas (Carrefour, COTO, Walmart, Changomas, Libertad, etc.) nucleadas en la Cámara Argentina de Supermercados, Federación Argentina de Supermercados y Asociación de Supermercados Unidos salieron a anunciar su adhesión al nuevo esquema impositivo y señalaron que sus problemas refieren a “elevada presión fiscal”.
Otros empresarios apuntalaron sus críticas a la medida. Es el caso de Víctor Fera, empresario supermercadista, quien sostiene que la quita del IVA es positiva, pero “está mal implementada” ya que “un minorista paga dos veces Ingresos Brutos y una cadena de supermercado paga una sola vez”. Es algo “antisocial porque los negocios minoristas atienden a la población más pobre, entonces obligan a los pobres a pagar más que los ricos”. A su vez sostiene que “lo que va a bajar los precios es la competencia. Con cinco proveedores en una misma góndola, bajan los precios de inmediato. Se termina la corrupción y el monopolio”.
Cadena de valor: de la producción a la góndola
Si la eliminación del impuesto no genera grandes cambios en la estructura de precios, nos preguntamos, entonces ¿Qué determina el precio de los productos que consumimos diariamente?
Para abordar el impacto real de esta medida nos propusimos tomar una mercancía de referencia para ver la composición de la cadena, desde su producción hasta la llegada a la góndola. En este caso definimos la leche (producto de la CBA).
En conversación con José Iachetta, periodista especializado de “TodoAgro”, nos comentó que el precio del producto lácteo no es injusto, teniendo en cuenta los costos de producción, sino que “es el salario con el que podemos comprar ese producto el injusto”, que este último tiempo se vió perjudicado por la devaluación.
Composición de la cadena
El proceso para que la leche llegue a la góndola consta de cuatro pasos: producción, industrialización, traslado y la venta. La tendencia es que solo una pequeña porción de empresas determina las condiciones en toda la cadena, mientras que, según ATILRA, el gremio que nuclea a trabajadores de la industria láctea, el salario del trabajador sólo compone en promedio el 4,14% del precio final del producto.
En la producción láctea, el 10% de los tambos de mayor producción diaria representan el 35% de la producción total. Según un informe publicado en la revista TodoAgro, en el ranking de las mayores empresas productoras de leche del país, Grupo Fabro, industria radicada en Villa María, se encuentra en el 6to puesto con 138.000 litros por día.
En tanto que en el proceso de industrialización la concentración es más clara aún. En un estudio elaborado por José Iachetta y publicado por el Observatorio de la Cadena Láctea Argentina, se demuestra que tan solo 5 empresas -de un total de 630- procesan más del 40% de la leche total.
En el mismo informe, es posible observar el ranking de las principales industrias procesadoras del país, donde La Serenísima, Saputo-La Paulina, Williner y Punta del Agua (James Craik) integran las cuatro primeras.
También aparece la industria Noal de Villa María en el puesto número 7 y Nestlé radicada en Villa Nueva en el puesto número 11 con 680.000 litros diarios.
Cabe resaltar que “la mayoría de estas empresas cuentan con logística de traslado propia, por lo que concentran también la distribución” según afirmó Pedro Fernández, secretario general de ATILRA.
El valor del trabajo
En diálogo con Fernandez, nos comentó que actualmente se vive una situación de crisis para la industria que termina siendo pagada por “Juan Pueblo”.
“Los supermercadistas constantemente remarcan los precios, los salarios fueron destruidos, la crisis la pagan los laburantes y somos nosotros los que tenemos que construir algo nuevo para adelante”. Pedro Fernández, ATILRA.
Consultado por las medidas del IVA remarcó que “si fuese algo que se proyecte en el tiempo con base firme sería positivo. Pero son parches electorales”. Eso combinado a los crecientes problemas en el sector del trabajo. Y ejemplifica: sin ir más lejos, “la flexibilización laboral se da hoy de hecho, no hace falta una ley”, observando a la gente que ha quedado en la calle y los problemas básicos que existen de alimentación, concluyó.