Sindicatos y organizaciones sociales encabezaron protestas para reclamar por salarios y emergencia alimentaria. En las movilizaciones hubo represión.
El rechazo del pueblo respecto a este modelo de gobierno no quedó solo en las urnas el pasado 11 de agosto, también distintos espacios gremiales y organizaciones se manifestaron por reclamos salariales, mejores condiciones de trabajo y declaración de la emergencia alimentaria.
“El único lugar de lucha que tienen los movimientos sociales es la calle, y la calle siempre fue del Pueblo”, decía Amadeo Juárez, de la organización Seamos Libres y parte de CTEP (Trabajadores de la Economía Popular), que vé como las distintas organizaciones de la ciudad trabajan día y noche para organizarse por el hambre.
Desde los medios de comunicación tradicionales se nos muestra un mapa fragmentado de la situación, dispar entre una protesta y otra, como si no guardaran relación.
Docente que lucha, docente que enseña
Desde el mes de julio, trabajadores estatales y docentes, nucleados en la Mesa de Unidad Sindical (MUS) de la provincia de Chubut, desarrollan distintas medidas de fuerza a consecuencia de retrasos en los pagos salariales.
Paros, movilizaciones, cortes de ruta y hasta un acampe frente a la Casa de Gobierno provincial fueron las medidas adoptadas en busca de respuestas por parte del gobernador Mariano Arcioni. El conflicto alcanzó su punto de ebullición el 4 de septiembre, cuando docentes que se encontraban realizando un corte en la intersección de las rutas nacionales 3 y 26, fueron reprimidos y desalojados por miembros del Sindicato de Petroleros, dejando un saldo de 7 heridos.
Las rutas intervenidas conducen a los yacimientos de Vaca Muerta, evitando la entrada y salida de personal y combustible, paralizando el funcionamiento de las petroleras. Las empresas Pan American Energy y la estatal YPF decidieron reprogramar el desarrollo de sus actividades a consecuencia de los cortes.
Tras los sucesos en el corte, la Confederación de Trabajadores de la Educación (CTERA) decretó un paro nacional de 24 horas y una movilización en Buenos Aires desde la Casa del Chubut hasta el Ministerio de Educación de la Nación. En solidaridad con los docentes y en repudio de los ataques, se sumaron varios gremios a la medida de fuerza. En Villa Maria, la Asociación de Docentes e Investigadores (ADIUVIM) se sumó convocando un paro total de actividades.
El pasado martes dos docentes fallecieron en un accidente automovilistico volviendo de una de las jornadas de protesta. Esto generó el repudio de varios espacios gremiales convocando nuevamente a paro nacional.
Lucifuercistas reprimidos y detenidos
Hace dos semanas, trabajadores de Luz y Fuerza de Córdoba Capital se movilizaron con el objetivo de entregar un petitorio al directorio de EPEC exigiendo respeto al Convenio Colectivo de Trabajo, cese a las persecuciones y traslados arbitrarios, contra las contrataciones periféricas innecesarias y apertura de paritaria, entre otros puntos. Allí se les impidió acceder al edificio y fueron reprimidos por las fuerzas policiales de la provincia. El saldo dejó heridos de balas de gomas y doce dirigentes detenidos.
Posteriormente el sindicato declaró un paro por tiempo indeterminado hasta la liberación de los trabajadores detenidos, acompañados por el posicionamiento de varios gremios en solidaridad. Una vez liberados los trabajadores, Luz y Fuerza levantó el paro y ratificaron el estado de alerta y sesión permanente.
Esta semana, la Justicia Federal ordenó una serie de allanamientos por presunto lavado de dinero por parte de dirigentes de Luz y Fuerza, completando el cuadro de amedrentamiento contra los trabajadores.
Acampes por la emergencia alimentaria
En tanto que en Capital Federal se realizaron masivas movilizaciones de las organizaciones de la economía popular reclamando por incremento en las partidas presupuestarias al Estado Nacional.
Entre los puntos que pusieron a discusión se encuentran: prórroga de la Emergencia Social, aumento del Salario Social, mayores partidas presupuestarias para comedores, entrega del bono a trabajadores de la economía popular (el mismo que se anunció recientemente para el sector formal), entre otros.
Las protestas no terminaron allí. La semana siguiente se realizó la “Jornada Nacional de Acampes” para exigir al Gobierno Nacional la emergencia alimentaria. Al respecto, Daniel Menéndez, de Somos Barrios de Pie, dijó que “hace dos años que venimos alertando la necesidad de una emergencia alimentaria”.
La demanda fue canalizada institucionalmente con negociaciones entre diputados y los movimientos sociales. También se sumaron al reclamo un gran número de sindicatos, organizaciones y partidos políticos, confluyendo en un proyecto de ley aprobado por unanimidad en las dos Cámaras.
“No hubo invitación a la mesa, fue una victoria ganada con la lucha por parte de los movimientos sociales”, si no presionamos “no íbamos a estar dentro”, sentenció Amadeo respecto a la negociación.
“No hubo invitación a la mesa, fue una victoria ganada con la lucha por parte de los movimientos sociales” – Amadeo Juarez, Seamos Libres-CTEP
La crisis impacta en la ciudad
La ciudad de Villa María no escapa a esta situación. El miércoles 18 se llevó a cabo una concentración convocada por la Unión de Organizaciones (UO) frente a la Municipalidad.
Durante el transcurso de la misma, tuvo lugar una reunión entre integrantes de la UO y funcionarios municipales para discutir los términos del convenio firmado en mayo, en el cual el gobierno local se comprometió en la asistencia de alimentos y apoyo para el funcionamiento de comedores y merenderos.
Romina Vega, integrante de la UO, comentó: “venimos a discutir el convenio, no solamente en material sino en fechas. Habíamos firmado que se entregaba la mercadería del 1 al 10, estamos en 18 y varios espacios todavía no la recibieron”. A la salida de la reunión, la referente evaluó que “tenemos muchos más niños y con lo que nos dan no nos alcanza, y tenemos que inventar qué hacer con eso”.
El mapa de conflictos que se nos presenta parece exceder a las particularidades de cada territorio, vislumbrando la necesidad de generar una conexión entre las luchas. Más acá o más allá, la realidad para haber llegado a un límite.