Al ritmo del bombo y los repiques caerán las tardes del diciembre que se viene en el barrio Sarmiento, en Villa Nueva, cuna de la comparsa Taperigua, un espacio que trae 30 años de historia a sus espaldas, e integra un espacio en el que confluyen chicos y grandes, de toda la comunidad.
Se acerca el verano y se palpita de una forma distinta para los vecinos, no es solo el calor o los mosquitos, aquí también se palpa de otra manera, porque además se escucha y, para la gente de la comunidad de la comparsa se siente.
Se afinan detalles, se añadió un dia de ensayo, las bailarinas van puliendo los pasos, la luz se corta y vuelve por momentos, aunque no parece ser parte de la escenografía, pero ni eso detiene los latidos del bombo o los zurdos, las señales del silbato o el ritmo del repique, como así tampoco los pasos, las risas, las vibraciones y la concentración.
Se viene el carnaval, es verdad, pero se nota aquí a las claras que, sin dejar de ser algo especial, es solo una parte, un árbol más de un denso bosque de trabajo, dedicación y esfuerzo, que al tiempo que dignifica, también organiza.
Las comparsas son expresión de procesos culturales, históricos y sociales y la coyuntura ideal que abrazaron los pueblos para expresarse mediante el baile y la música y han encontrado la forma de diversificarse y sobrevivir al paso del tiempo, símbolo de las voces que se sublevan al silencio.