Las clínicas privadas denuncian la crisis del sector. Por otro lado los laboratorios potencian sus ganancias, mientras que gran parte de la población se ve imposibilitada de acceder a la salud.
La clinica Marañon se presentó el viernes 15 en la sede del Ministerio de Trabajo local para ingresar al procedimiento preventivo de crisis, petición que fué rechazada. Según los directivos de la clínica esta situación viene desarrollándose desde hace meses y no encuentran una solución por parte de las autoridades municipales ni provinciales.
Daniel Torreblanca, prosecretario gremial de la Asociación de Trabajadores de la Sanidad Argentina (ATSA) respecto a la situación de los trabajadores denunció que “el hilo nunca se tiene que cortar por lo más delgado. Ellos tendrán problemas con el costo de los insumos o el retraso en sus cobros, pero eso no es motivo para lo que piden, de pagar los sueldos en cuotas”.
Esta situación no es nueva para el sector, ya que en octubre de este año la Clínica privada Cruz Azul realizó el mismo pedido a la provincia.
Y sumando, el viernes 22 de noviembre cerró sus puertas el Hospital Privado, donde los trabajadores pasarán a desempeñarse en el sanatorio Cruz Azul, aunque algunos en situaciones laborales inciertas.
Otras prioridades
Por otro lado, el acceso a la salud pública se vuelve cada vez más inseguro. Leandro Parnisari, Prosecretario del SEP Villa María, en el número anterior de Tribuna denunció el desfinanciamiento por parte de la provincia al sistema de salud, que se manifiesta en la falta de personal.
El sistema de salud público en la ciudad está integrado por el Hospital Provincial Pasteur, la Asistencia Pública y los Centros de Atención Primaria de Salud. Estos en sus distintas dependencias han sido afectados por la situación.
El 12 de noviembre, un día después del asueto por la celebración del Día del Trabajador Municipal, se llevó a cabo una asamblea en frente a la Asistencia Pública, donde los trabajadores denunciaron malos tratos, despidos encubiertos y traslados compulsivos, exigiendo la renuncia de la directora de los Caps, Rosana Tuninetti.
Tampoco faltaron las denuncias por parte de Centros de Jubilados de la ciudad respecto a las prestaciones y reintegros de PAMI.
Crisis (para algunos)
En el mes de agosto unos 50 sanatorios y clínicas privadas de Córdoba nucleados en distintas asociaciones intermedias se presentaron en el Ministerio de Trabajo de la Provincia para solicitar un procedimiento preventivo de crisis sectorial. Los empresarios dieron a conocer que, de continuar esta situación, “peligran 8 mil puestos de trabajo”.
Las clínicas vinculan la crisis del sector al impacto de las devaluaciones, teniendo en cuenta que tienen una gran parte de los insumos dolarizados, lo que repercute directamente en el costo de la atención.
El Círculo Médico de la Provincia de Córdoba señaló en un informe que el número de establecimientos privados con internación se redujo de 425 en el 2000 a 163 en el 2015, tendencia que se profundiza en los últimos meses con cierres y procesos preventivos de crisis. Según Aclisa, asociación que nuclea a las instituciones del sector, en lo que va del año cerraron 100 clínicas en la provincia de Córdoba y solo 52 localidades de la provincia cuentan con clínicas privadas de internación.
En septiembre, las siete cámaras que agrupan al sector (Adecra, Cedim, Cepsal, Confeclisa, Cadime, AAEG, y Cacep) replicaban la misma acción a nivel nacional, advirtiendo un “pronto colapso del sistema privado de salud” y reclamando la intervención del Estado para que el PAMI y las obras sociales, como así también las prepagas (que representan el 15 por ciento de la clientela), se pongan al día con la deuda que mantienen con sanatorios, centros de diagnósticos, laboratorios, instituciones de salud mental y geriátricos.
En la mayoría de estas instituciones, el 85 por ciento de sus ingresos proviene de la atención de pacientes del Pami y de Apross, cuyos pagos están desfasados en los montos respecto de las fuertes subas de insumos, mayormente dolarizados.
Sin plata, sin cobertura
A su vez se vuelve más lejana la posibilidad de las familias a acceder a una cobertura médica ya que la Superintendencia de Seguros de Salud de la Nación aprobó una suba del 12% de la medicina prepaga que se hará efectiva el 1 de diciembre y será el octavo incremento en lo que va del año. Con ello, el salto interanual será del 60% aproximadamente.
Ricardo Lilloy, presidente de la Cámara de Entidades de Medicina Privada de la Argentina (CEMPRA) afirmó que “es imperioso el aumento de cuotas por los aumentos de los costos. Tanto de los insumos dolarizados como de los medicamentos, que subieron un 80% en el último año”
Según datos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) de finales de 2018 en Villa María el 22,5% de la población no tiene cobertura de salud, tendencia que se profundiza hasta el 52,9% en barrios periféricos de la ciudad.
Negocio, el corazón de la salud
La cadena de valor de la industria farmacéutica está constituida por 230 laboratorios, 190 plantas industriales, 445 droguerías y alrededor de 13000 farmacias. A nivel nacional representa el 4,9% del total del valor agregado de la industria, mientras que su participación en el valor bruto de producción es del 3,3%, según un informe de Cilfa.
En Argentina constituye uno de los sectores manufactureros que más se benefició en los últimos años. Su producción se mantuvo por encima del nivel general de la industria desde 2012 y, según los últimos datos del INDEC, la facturación del sector ascendió a USD 19.700 millones al segundo trimestre de 2019.
El rol de los laboratorios en la cadena de la salud es predominante sobre otros eslabones, ya que fijan los precios de los medicamentos. Este sector se caracteriza por un alto grado de concentración del mercado en pocas empresas, donde el 44% del total de facturación se encuentra en manos de 10 laboratorios, liderados por Bayer, de origen alemán, Gador, Roemmers y Raffo, de origen argentino.
Estos, se organizan sectorialmente en la Cámara Industrial de Laboratorios Farmacéuticos Argentinos (Cilfa) -laboratorios de origen nacional-, la Cámara Argentina de Especialidades Medicinales (Caeme) -laboratorios de origen extranjero- y la Cooperativa de Laboratorios Argentinos (Cooperala).
En la cadena de distribución Rofina, Disprofarma, Farmanet y Global Farm, las 4 distribuidoras más grandes, concentran el 99% de las ventas a las obras sociales. Mientras que 4 droguerias, Droguería del Sud, Droguería Monroe Americana, Suizo Argentina y Droguería Barracas concentran el 70% de la facturación.