La Ruta de la Seda es impulsada por el gigante asiatico. La obra de desarrollo en infraestructura, tecnología y trabajo más grande del siglo XXI ya tiene vinculado a 60 países superan el 50% del PBI mundial.
Inmersos en un contexto mundial en el cual las proyecciones de diversos organismos multilaterales proyectan caídas de las economías, el gigante asiático al otro lado del mundo se presenta como la única economía que aún muestra signos de crecimiento económico.
China, segunda economía mundial con US$14,1 billones/15% del PBI global, es el único país del mundo que según proyecciones económicas crecerá durante el 2020 a un ritmo de un 1,9 puntos porcentuales respecto al año pasado, según las últimas proyecciones del FMI. Mientras que la caída en la actividad económica global es del orden de los 4,4 puntos porcentuales.
Actualmente está ubicada como la primera exportadora global (US$2,4 billones en 2019). Su cuota en las exportaciones globales cubrieron un 17,2% del total mundial, versus 13,9% en 2019, y 4% en 2001, año en el que ingresó a la OMC (Organización Mundial de Comercio).
Según el investigador Arturo Mota el crecimiento del PIB chino estuvo por encima del 6.7% en los últimos 20 años, teniendo su punto máximo un crecimiento del 14.23% en Según el académico esto se debió en gran parte a la deslocalización de empresas en los países desarrollados que buscaban aumentar su competitividad trasladando sus operaciones a lugares en los que la mano de obra fuese más económica, lo que trajo aparejado un aumento del desempleo en dichos países, entre ellos los EE.UU.
Aún se discute acerca de esta estrategia implementada por el gigante asiático, como una forma por la cual, han captado elevados niveles de circulación de capital para el rápido crecimiento y transformación de materias primas, pero principalmente de tecnología de punta, internet de las cosas, inteligencia artificial, todo ello con una conectividad acrecentada en manos de las principales empresas y bancos comerciales bajo la dirección del Gobierno del Estado.
Aún se discute acerca de esta estrategia implementada por el gigante asiatico, como una forma por la cual, han captado elevados niveles de circulación de capital para el rápido crecimiento y transformación de materias primas, pero principalmente de tecnología de punta, internet de las cosas, inteligencia artificial, todo ello con una conectividad acrecentada en manos de las principales empresas y bancos comerciales bajo la dirección del Partido Comunista Chino.
Cola de dragón
En este marco asoma una de las iniciativas más ambiciosas del siglo XXI. En este informe presentamos algunos puntos relevantes para comprender qué está ocurriendo con una de las mega proyecciones globales del siglo XXI, encabezada por China: ‘Iniciativa Franja y Ruta’ o también conocida como “La Nueva Ruta de la Seda” (hace alusión a la antigua ruta que unía Oriente con Occidente a través de Asia Central y Medio Oriente hace dos milenios).
Esta iniciativa fue presentada en el año 2013 por Xi Jinping, el actual presidente chino, y líder del Partido Comunista Chino (PCCh). Implica un despliegue geoestratégico de conexión comercial, desarrollo tecnológico y cultural entre China y cinco continentes, principalmente con asiento en parte del mundo euroasiático.
La iniciativa está vinculada a 60 países en desarrollo que contabilizan aproximadamente 4.400 millones de habitantes (63% de la población mundial), donde se encuentran el 75% de las reservas energéticas y alrededor del 50% del PBI mundial.
La iniciativa está vinculada a 60 países en desarrollo que contabilizan aproximadamente 4.400 millones de habitantes (63% de la población mundial), donde se encuentran el 75% de las reservas energéticas y alrededor del 50% del PBI mundial.
En la construcción de la infraestructura proyectada encontramos decenas de centrales eléctricas, obras de tendido ferroviario, rutas, puentes, gasoductos, promoción tecnológica para la inversión en 5G, entre otras.
Para visualizar su desarrollo territorial, la Ruta de la Seda se emplaza sobre seis corredores terrestres: Asia central-Asia occidental; China, Mongolia y Rusia; China-Indochina; China-Pakistán; China, Bangladesh, India y Myanmar; el corredor euroasiático y también las “rutas marítimas del siglo XXI”.
Para el financiamiento de estas obras de infraestructura destacamos la importancia de algunos organismos entre los que se hallan el Fondo de la Ruta de la Seda, el Nuevo Banco de Desarrollo y el Banco Asiático de Inversiones en Infraestructuras (AIIB), quienes aportarían alrededor de US$890.000 millones de dólares. A su vez, los bancos estatales-comerciales chinos –Bank of China, ICBC y China Construction Bank-, han ofrecido más de 500 mil millones en préstamos e inversiones.
Estos préstamos de los bancos a la inversión en desarrollo de megaobras de infraestructura llevan invertidos unos US$461.000 desde que arrancó en 2013 según la consultora RDR Advisor.
El 28 de octubre la Cámara de Diputados de Argentina aprobó el ingreso al AIIB. En la región, Ecuador y Uruguay ya son miembros del AIIB, mientras que solicitaron su ingreso al organismo Bolivia, Chile, Perú, Venezuela y Brasil. Del mismo, China es su mayor accionista, seguido por India y Rusia.
Relaciones sino-argentinas
Durante los últimos años, Argentina y China vienen incrementando sus relaciones comerciales. Este año inclusive, China desplazó a Brasil como principal socio comercial del país, representando 11,3 por ciento de las exportaciones y 21,9 por ciento de las importaciones totales del país, según datos de la Cámara de Exportadores de la República Argentina (CERA).
Los países han firmado una asociación estratégica desde 2004, luego durante el 2015 se firmó el Plan de Acción Conjunta que fue renovado en 2018 para el periodo 2019 – 2023.
Fue en noviembre cuando pandemia del coronavirus por medio que el presidente argentino, Alberto Fernández y Xi Jinping, conversaron acerca de la iniciativa de la Ruta de la Seda, innovación tecnológica de Argentina en 5G, y renovación de los yuanes (moneda china) que componen las reservas del BCRA.
Según el portal Infobae, el Presidente aseguró al líder de China, que está dispuesto a iniciar negociaciones para el ingreso de la Argentina a la Ruta de la Seda.
Además, recientemente, según confirmó Luis María Kreckler, embajador de Argentina en China, el país se sumará en los próximos meses a la Nueva Ruta de la Seda, el megaproyecto de infraestructura impulsado por China. De las principales economías de América Latina (Brasil, Argentina, México no han firmado aún el ingreso a la ruta de la seda).
A su vez, también el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, resaltó la “necesidad de trabajar en la agenda de cooperación bilateral para ampliar las enormes oportunidades que existen entre Argentina y China”, al participar en la 3° Exposición Internacional de Importaciones de China (CIIE).
Del acto virtual también participaron el viceministro de Comercio chino, Wang Bingnan; el embajador en la Argentina, Zou Xiaoli; y el presidente de Bank of China Limited, Wang Jiang.
Para Kulfas la importancia radica en “trabajar con el sector privado para abrir oportunidades para que nuestras empresas puedan posicionar sus productos en el creciente mercado interno de China y fortalecer exportaciones hoy por debajo de su potencial”, mientras se discute en paralelo la instalación de mega factorías porcinas en el país para el abastecimiento del mercado chino con carne de cerdos.
Ver: Exportación de carne de cerdo a China
Según subrayó recientemente el senador Jorge Taiana, “cuando uno mira el desarrollo de la Ruta de la Seda, tiene que observar el Made in China 2025. Esto es producción y exportación con alto valor agregado, como el 5G, la Inteligencia Artificial y el Internet de las cosas”. Y señalo medir la importancia de la iniciativa porque rompe con la posibilidad del bloqueo a China, porque se fomenta la dimensión comercial y por sus características de “ida-vuelta”, es decir de dónde va a colocar China la producción tecnológica de punta que está desarrollando.