En el Día de la Democracia, que conmemora la asunción del presidente Raúl Alfonsín en 1983, Tribuna recuerda la lucha del movimiento obrero junto a referentes de Villa María.
La rendición de las tropas argentinas en la Guerra de las Malvinas, el 14 de junio de 1982, la debacle económica y el activo estado de movilización en la calle del movimiento obrero fueron los factores que propiciaron el principio del fin del Gobierno de facto, al mando desde el Golpe de Estado de 1976.
Los trabajadores habían sufrido desde entonces, además de la desaparición de muchos de sus líderes, la intervención de sus sindicatos y la disolución de la CGT. Se obligó a los sindicatos a separarse de sus obras sociales y se penalizó la huelga fue penada con 6 años de prisión para los trabajadores que simplemente participaran y 10 años para los dirigentes sindicales que la organizaran.
Con la CGT intervenida y disuelta, el movimiento obrero argentino se organizó clandestinamente en varios grupos, como la Comisión de los 25, la Comisión de Gestión y Trabajo, la Comisión de los 20, entre otros.
Entre las distintas expresiones se destacó la Comisión de los 25, conformada clandestinamente en 1977 por taxistas, obreros navales, camioneros, mineros, cerveceros, entre otros, quien fue la principal impulsora del primer paro general durante la dictadura, el 27 de abril de 1979.
De sus principales afluentes nacería la CGT Brasil, liderada por el dirigente cervecero Saul Ubaldini, que condujo a más de 40 mil trabajadores a desafiar a la dictadura en las calles de Mendoza, Rosario, Neuquén, Mar del Plata y Plaza de Mayo el 30 de marzo de 1982 bajo la recordada consigna “Pan, Paz y Trabajo”.
Esta jornada histórica, tras seis horas de represión con un saldo de dos obreros muertos, cerca de tres mil heridos, miles de detenidos, nos dejó principalmente la expresa culminación de un proceso de reorganización del movimiento obrero en condiciones extremadamente adversas, abriendo paso a otro momento a través de la lucha.
Edgardo Garmendia, titular de la CGT Villa Maria, en recuerdo de esta fecha, comentó a Tribuna que “la historia nos ha marcado y la lucha en este camino se debe valorar para seguir expresandonos y alzar nuestra voz para pedir por igualdad de condiciones de vida. Por otro lado, al reflexionar sobre las deudas de la democracia nombró que “la pobreza es algo que no se ha podido erradicar, hoy tenemos un 44% de pobres, eso es algo bastante serio, bastante grave, y algo que la democracia no ha resuelto”.
Por su parte, Gustavo Vilches, Secretario general de la CTA Autónoma local dijo que “siempre va a estar presente una deuda de los gobiernos con el pueblo. Cuando pedimos por algunos derechos que hacen a la dignidad para los trabajadores siempre tenemos algunas trabas, entonces uno cree que le está faltando algo a esta democracia para que pueda ser lo que realmente anhelamos”.
La última dictadura cívico-militar puso a nuestro país, y a nuestra región, en vías de las necesidades del desarrollo del capital. A dichos fines, debían barrer con la resistencia organizada, y por eso se dedicaron a perseguir sistemáticamente la actividad gremial. Intervinieron, ilegalizaron, prohibieron, encarcelaron y hasta desaparecieron. Este proceso, corto de cuajo con muchas experiencias de lucha y torció la balanza a fuerza de desindustrialización, flexibilización laboral y especulación financiera.
Con este balance, para celebrar la democracia, será preciso recordar la lucha, y también, nuestras deudas pendientes.