Por Jenifer Alesso
Hoy 8 de Marzo se llevó a cabo una movilización en la zona céntrica de la ciudad, pasando por la Policía y el Poder Judicial de la Provincia, por el Consejo Deliberante y, por último, la Catedral. La marcha se llevó a cabo en el marco del Paro Internacional de Mujeres que se realiza a nivel mundial todos los años desde 2017.
La actividad fue planificada desde la Asamblea de Mujeres de la ciudad conformada por militantes y autoconvocadas. Las jornadas de debate, talleres y encuentros empezaron hace ya varios días, práctica con la que mujeres de todo el mundo se organizaron históricamente.
Por ello, considero necesario retomar algunas experiencias de compañeras que lucharon y dieron su vida por la liberación de la humanidad, y que hoy conscientemente llevamos a cabo los métodos que en su momento a ellas les sirvieron para caminar y organizarse como mujeres trabajadoras.
A partir de su camino podemos abrir nuevos, siempre cuidándonos de no caer bajo las alas del feminismo liberal que fomenta a la mujer como objeto de consumo y estereotipos, y así retomar la experiencia de compañeras revolucionarias que pensaron e intentaron llevar a cabo la enorme tarea de organizarse en una sociedad extremadamente machista y patriarcal.
Hoy el legado histórico de la organización y la lucha de las mujeres trabajadoras de todo el mundo nos permite contar con cierta experiencia que es necesaria recapitular.
Antes de Copenhague, Dinamarca
La militancia de mujeres que lucharon por la emancipación e igualdad humana tiene un amplio espectro histórico. Aunque por tomar una referencia, como experiencia de organización feminista, podemos remontarnos a Flora Tristan.
Fue una escritora y militante socialista de inicios del siglo XIX que, teniendo ascendencia latinoamericana, debió alojarse en barrios pobres de Londres por la situación de su familia. Allí realiza escritos, organiza reuniones y fomenta la libertad de las mujeres, siendo retomada por militantes años posteriores aprendiendo de su trayectoria y el gran material escrito que dejó como registro.
Con esa base, militantes feministas de todo el mundo comenzaron a tomar conciencia de la posición en la que este sistema las colocaba y las obligaciones productivas que se les imponía. A partir de ello se organizaron.
La primera gran marcha de trabajadoras se dió en Nueva York en el año 1857. Miles de mujeres, en su mayoría trabajadoras textiles, marcharon por toda la ciudad en protesta por las miserables condiciones de trabajo.
En aquella época las jornadas de trabajo sobrepasan las 12 horas, la industria manufacturera se encontraba en pleno auge y las fábricas textiles en su mayoría estaban formadas por trabajadoras.
Posteriormente, el 8 de marzo de 1908, unas 40.000 trabajadoras de las fábricas textiles de Estados Unidos se alzaron en huelga. Las trabajadoras de la Cotton Textil Factory de Nueva York acompañaban la medida, por lo que los propietarios de la fábrica las encerraron en el interior de la misma y ocasionaron un incendio que acabó con la vida de más de 120 mujeres.
Dos meses después, en el teatro Garrick de Chicago, se organizó un acto denominado “Día de la Mujer”, presidido por mujeres socialistas como Corinne Brown y Gertrude Breslau-Hunt. El 28 de febrero de 1909 se celebró por primera vez en Nueva York el Día Nacional de la Mujer organizado por las Socialistas en honor a la huelga de las trabajadoras textiles ocurrido un año antes.
El encuentro y el incendio en EEUU
En el II Encuentro Internacional de Mujeres que se llevó a cabo en 1910 en Copenhague, Dinamarca, asistieron más de 100 delegadas. Clara Zetkin y Käte Duncker participaron en representación del Partido Socialista Alemán y presentaron la propuesta de conmemorar un “Día Internacional de la Mujer” o “Día de la Mujer Trabajadora”.
Clara Zetkin fue una de las fundadoras de la Liga Espartaquista, de la cual Rosa Luxemburgo fue su máxima exponente. Además organizó, junto a otras militantes entre las que se encontraba Eleanor Marx, círculos de mujeres en las ciudades para organizarse junto al resto de los trabajadores y pobres de las ciudades.
Sin embargo, el suceso que marcó la celebración moderna del Día Internacional de la Mujer fue el incendio en la fábrica Triangle Shirtwaist en esa misma ciudad, el 25 de marzo de 1911, que causó la muerte de 146 personas: 123 trabajadoras y 23 trabajadores, dejando otras 70 heridas. La mayoría de las víctimas eran mujeres jóvenes inmigrantes de Europa del Este e Italia de entre catorce y veintitrés años de edad.
El feminismo dominante
Luego de la larga trayectoria de lucha de mujeres, militantes y trabajadoras de todo el mundo, donde muchas de ellas fueron muertas, torturadas y masacradas, la clase dominante comenzó a integrar parte de las consignas del movimiento contemplando algunas disidencias poco nocivas al sistema en su conjunto.
En 1972, la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) declaró a 1975 “Año Internacional de la Mujer”, y en 1976 invitó a los Estados a declarar, conforme a sus tradiciones históricas y costumbres nacionales, un día como Día Internacional por los Derechos de la Mujer y la Paz Internacional.
Desde 1996 para el encuentro máximo de la ONU se conmemora el día de la mujer con un lema. Alguno de ellos fueron “Derechos de la mujer y la paz internacional”, “Mujeres uniéndose para la paz”, “Invertir en las mujeres y en las niñas”, etc. Vemos cómo estos organismos ocultan la historia de lucha y sangre de la que surgimos las mujeres y nos llaman a la paz inofensiva contra ellos, quienes dominan este mundo capitalista y patriarcal.
La experiencia de las compañeras que dieron su vida al igual que muchas otras referentes de nuestra tierra y nuestro tiempo es el camino que nunca podrá cerrarse. Hoy seguir por el rumbo de la liberación, borrando toda huella de dominación en nuestra espécie humana, es la tarea inclaudicable de toda compañera feminista.
Pasaron muchos años y las luchas que comenzaron como radicales se integraron progresivamente dentro del sistema. Está en nosotras volver a tomar las riendas de la revolución social, que todo lo cambia y lo iguala. Allí ya no seremos objeto de nada ni nadie y el reino de las cosas pasará a ser el reino de la humanidad.
El 4 de mayo de 1890, 250.000 trabajadores se reunieron en Hyde Park, en Londres, para celebrar por primera vez el día internacional de los trabajadores. Eleanor Marx tomó la palabra ese día desde la tribuna. Al terminar el discurso, citó una de sus estrofas preferidas:
“Alzaos cual leones tras un largo sueño.
En número invencible.
Sacudíos vuestras cadenas y que caigan a la tierra como el rocío
que durante el sueño se posó sobre vosotros.
Vosotros sois muchos y ellos son pocos.”