Los empresarios del sector rechazan la propuesta argumentando que beneficia al “lobby petrolero” y va en detrimento de la generación de puestos de trabajo y cuidados ambientales.
“Su eventual sanción pone en riesgo de desaparición a muchas empresas que invirtieron cientos de millones de dólares y que aportan empleo y beneficios ambientales, sociales y económicos en todo el país”, comienza el comunicado firmado por las cámaras empresarias que nuclean a los principales productores de biocombustibles del país.
La reacción viene en contra de la propuesta que ingresó el FdT a la Cámara de Diputados el viernes de la semana pasada. En el proyecto se propone reducir el corte del gasoil con biodiesel del 10% actual al 5%, mientras que para el caso de las naftas la idea es sostener el actual 12% de bioetanol.
El proyecto argumenta que la Secretaría de Energía tiene potestad de disminuir o elevar esos niveles “en función del abastecimiento de la demanda, la balanza comercial, la promoción de inversiones en economías regionales, y/o razones ambientales o técnicas”. Pudiendo reducir hasta 3%, en volumen del total producido, cuando el precio de uno pudiera “distorsionar” el valor de las naftas en surtidor.
La respuesta empresarial fue casi inmediata. “La industria espera que haya una prórroga de la ley actual”. “Lamentablemente, los autores del proyecto sólo consultaron a unas pocas entidades y/o empresas productoras de biocombustibles para realizarlo. El proyecto presentado va a contramano con las tendencias ambientales mundiales, reduciendo drásticamente el uso de biocombustibles y cerrando toda posibilidad de crecimiento de la actividad”, advierten.
Según este sector, el “lobby petrolero” se encuentra actuando detrás de esta iniciativa. “El sector de los biocombustibles considera que con el proyecto presentado se desperdicia todo el valor agregado, las inversiones realizadas y la productividad que ofrece el campo y la agroindustria, privilegiando el desarrollo de la actividad de refinación de petróleo”. “Los biocombustibles permiten una reducción de 70% en la emisión de gases de efecto invernadero” y son “la herramienta privilegiada para disminuir el fuerte impacto ambiental”, concluyen.
Firman el comunicado Cámara Argentina de Biocombustibles, Cámara de Bioetanol de Maíz, la Asociación Maíz y Sorgo Argentino, la Asociación de la Cadena de la Soja Argentina, la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina, Confederaciones Rurales Argentinas y la Bolsa de Cereales de Córdoba, entre otras entidades.
En este marco, el gobernador, Juan Schiaretti declaró: “Queremos la prórroga de la ley de biocombustibles hasta que se estudie y sancione una nueva ley. Ya se conoce que esa prórroga ha sido bloqueada por el kirchnerismo. Son muchos los puestos de trabajo que están en juego”.
Datos
Según un informe de la Bolsa de Rosario publicado el año pasado, el 72,2% de la producción argentina de biodiesel del 2018 fue elaborada en la provincia de Santa Fe. Para el caso de bioetanol, encabezaron Córdoba (39%) y Tucumán (25%).
Argentina cuenta con 36 empresas de biodiesel. Las 7 plantas de mayor tamaño de Argentina están ubicadas en el Gran Rosario: Dreyfus en “General Lagos”, Renova en “Timbúes”, Terminal 6 en “Puerto Gral San Martín”, Patagonia Bioenergía en “San Lorenzo”, Noble en “Timbúes”, Cargill en “Villa Gobernador Gálvez” y Unitec Bio en “Puerto Gral San Martín”.
Resulta importante seguir este conflicto que demuestra la pelea por la obtención de los márgenes de ganancia en la rama energética, donde las partes esgrimen los siguientes argumentos: los puestos de trabajo, la contaminación ambiental y el crecimiento económico de pequeñas y medianas empresas.