La Cooperativa 7 de Febrero es una viva experiencia de organización y lucha por los derechos laborales. “Nuestro mayor desafío fue el cambiar la historia”, comentó una de sus trabajadoras.
Tribuna pudo dialogar con Marcela Duran, presidenta de la Cooperativa 7 de Febrero, sobre los inicios de la misma y la experiencia que generó para un grupo de trabajadores y trabajadoras que se veían afectados por el cobro de sus sueldos en tiempo y forma y decidieron tomar las riendas.
La cooperativa actualmente está compuesta por 35 trabajadores, en su mayoría mujeres que se encargan del tratamiento de residuos sólidos urbanos de Villa María y la región, también realizan tareas como limpieza y cuidado en el cementerio local, mantenimientos de algunas plazas, demarcación horizontal en ruta y obra pública en albañilería.
¿Cómo es la historia de la cooperativa?
La Cooperativa se conforma legalmente el 7 de febrero del año 2006, de todas formas el espacio de trabajo comenzó un año antes de esta fecha. Los antiguos dueños eran de Puerto Madero, nos pagaban los sueldos en cuotas y fuera de tiempo por lo cual decidimos en conjunto ir a cortar la calle, al volverse repetitivo la Municipalidad intervino para quitarles la concesión a Corbam S.A..
¿Cuáles fueron los desafíos más importantes?
Los desafíos con los que te enfrentas son cotidianos, el día a día nos presenta algo a resolver, de todas formas creo que nuestra mayor lucha fue el cambiar la historia. Nos metimos en un mundo nuevo ya que ocupar y tener que tomar las riendas de trabajos que venían siendo de varones es un desafío muy grande, esto implico que nos hiciéramos cargo de los papeles, la contaduría, las ventas a los clientes y muchas cosas más que nos fueron llevando a cambiar de a poco la historia.
¿Qué piensas de la situación actual?
En general sabemos que hay muchas cooperativas que la están pasando mal con el tema económico. Nosotros venimos sosteniendo los espacios de trabajo gracias a los contratos permanentes que tenemos con el municipio, pero no puedo decir que tiramos “manteca al techo” como quien dice.