Durante la primera semana de junio, los ministros de Economía y Finanzas del Grupo de los 7 (G7) se reunieron en forma presencial. Allí acordaron avanzar en un Impuesto Global a las Multinacionales, que luego fue ratificado por el encuentro de presidentes.
Agenda
La agenda del G7 se construyó alrededor de nuevas reformas fiscales para abastecer de recursos de capital a los países desarrollados, aspectos ambientales promoviendo la descabornización y el incremento de inversiones en la “economía verde”, y la entrega de vacunas contra el Covid-19 a países en desarrollo.
Acordaron la provisión de 1.000 millones de dosis a los países en desarrollo, “directamente o a través de financiación del programa internacional Covax”.
Respecto al ambiente, la Casa Blanca informó en un comunicado que los países del G7 se han comprometido a proporcionar 2.000 millones de dólares para apoyar el trabajo de los llamados Fondos de Inversión del Clima, que ayudan a países en desarrollo en su transición a la energía limpia a través de la concesión de fondos para adquirir tecnología, capacitación e infraestructuras.
Mientras que se avanzará en lanzar una Agenda Industrial de Descarbonización para agilizar la innovación, el uso de tecnologías y la armonización de los estándares para convertirlos en sectores de energía limpia.
Entre los líderes del encuentro estuvieron, Joe Biden (EE.UU), Angela Merkel (Alemania), Emmanuel Macron (Francia), Boris Johnson (Reino Unido), Yoshihide Suga (Japón), Justin Trudeau (Canadá).
Impuesto global
La declaración conjunta de los líderes del G7 y el alardeo por los medios acerca del tipo impositivo mínimo global fue “la noticia”. De esta forma se procedería a regular las ganancias de los sectores económicos multinacionales pagando un impuesto corporativo mínimo del 15% según el lugar dónde se realiza la venta y “evitar” la fuga de ingresos hacia paraísos fiscales.
Los impuestos recaerán sobre las empresas con ganancias superiores al 10% sobre las inversiones netas, lo que no quita la posibilidad de prácticas contables evasivas. Aún restan por definirse los mecanismos de aplicación, suponiendo que las ventas corresponden al lugar al cual se ha exportado la mercancía, y no aquel en que se ha producido. Y se eliminarían determinados impuestos a empresas digitales y tecnológicas que habían sido establecido unilateralmente por algunos países miembros previamente.
Según un estudio de TaxWatch las grandes tecnológicas (BigTech) terminarían siendo grandes beneficiarias de estos acuerdos al establecerse umbrales mínimos a los impuestos que ya corrían, como es el caso de Reino Unido. En el caso de Amazon, Ebay, Facebook y Google pagarían 232,5 millones de libras menos.
En ese marco se debate acerca de los sectores sobre los cuales serían gravados por los impuestos. Por ejemplo, Reino Unido ya mostró su posición de dejar exento al sector financiero de la Citi Londinense quienes habrían “sufrido” por la salida del Brexit.
El Observatorio Fiscal de la UE calcula un aumento anual en recaudación de unos 50.000 millones de dólares solo en Estados Unidos
El economista Michael Roberts alerta ante la posibilidad de generar mayores ingresos fiscales en aquellos países dominantes, como los miembros del G7, quienes serían los grandes beneficiarios de esta modalidad puesto que las multinacionales realizan un proceso de deslocalización de su producción desde los años 70´ en adelante, ubicándose geográficamente en los países en desarrollo donde tiene lugar la producción principalmente.
Plan Biden
Con la iniciativa de recuperar terreno en la escalada de conflictos a nivel mundial, y la posición predominante que viene asumiendo China en el diseño de un nuevo orden mundial, Biden salió a desplegar un plan propio.
En el encuentro del G7 se planteó la iniciativa “Build back better for the world” (Reconstruir mejor para el mundo) para “responder a las necesidades tremendas de infraestructuras en los países de ingresos medios y altos”, según informó la Casa Blanca en un comunicado.
Este plan entra en competencia frente a la iniciativa de impulso a la infraestructura civil y de telecomunicaciones “One Belt, One Road” o Ruta de la Seda.
Ver: Una ruta con destino a China
Según Biden, previo a su encuentro en Bruselas con la comisionada europea declaró: “Nos centraremos en garantizar que las democracias de mercado, no China ni nadie más, sean las que escriban las reglas del siglo XXI en torno al comercio y la tecnología.”