Fernández junto a una comitiva del Gobierno Nacional visitó la FAdeA, mientras más de 300 despedidos aguardan el cumplimiento de las promesas de reincorporaciones desde 2019.
El presidente Alberto Fernández visitó por primera vez en su gestión a la provincia de Córdoba. El lugar de ocasión fue la Fábrica Argentina de Aviones Brigadier San Martín (FAdeA), donde el mandatario, junto al ministro de Defensa, Agustín Rossi, hicieron la entrega del avión IA-63 Pampa III a la Fuerza Aérea.
El IA-63 Pampa es un avión de entrenamiento avanzado con capacidades de combate, diseñado y construido en Argentina y con la asistencia de la empresa alemana Dornier Flugzeugwerke.
Esta entrega forma parte de la decisión del Gobierno en la que Fadea deberá entregar seis aviones de este modelo a un ritmo de dos unidades por año; convertir tres IA-63 Pampa II a Pampa III bloque II, realizar la certificación para el Pampa III bloque II y adquirir el 35% de los materiales para la fabricación de tres unidades de Pampa III bloque II en 2024.
Esta producción está apoyada en una inversión de 76,6 millones de dólares en concepto de materiales y 2.500,8 millones de pesos (26,6 millones de dólares a cotización oficial) en concepto de mano de obra. Durante la visita, Fernández aseguró que la fábrica de aviones “se mantuvo inactiva y muchos de los proyectos hechos hasta el 2015 se desmontaron luego de esa fecha”.Promesas sobre el bidet
En la puerta de la fábrica, se convocó un grupo de trabajadores despedidos de FAdeA en reclamo del cumplimiento de “la promesa de que iba a devolver el trabajo a los despedidos en la era Macri”.
Hace un año, la Asociación Trabajadores del Estado (ATE) entregó una lista de 300 despedidos durante la anterior gestión a Mirta Iriondo, actual presidenta de FAdeA, que respondió: ‘Voy a mirar a toda la gente que ha sido despedida para ver si algunos de estos perfiles son necesarios para la fábrica. Hoy no lo son”.
En diálogo con Tribuna, Lucas, uno de los trabajadores despedidos de la aeronáutica, comentó la situación por la que atraviesan. “Nos dijeron que no tenemos el perfil aeronáutico, siendo que algunos de los despedidos llevan más de 30 años reparando y armando aviones”, comentó.
A pesar de reconocer que se están realizando algunas incorporaciones, el trabajador enfatizó que las mismas se llevan a cabo “sin respetar el compromiso que tomaron, a través de terceros, porque entran por consultoras, con cambios en los sueldos y con monotributos.
Además, habló sobre el proceso de organización de los despedidos. “Todo comenzó con pequeños grupos, como no sabíamos cuantos fuimos, porque fuimos despedidos a cuenta gota, nos reunimos y comenzamos a organizar actividades en plazas públicas, donde fuimos a presentarnos y contar sobre las tareas que realizamos y su importancia”.
Lucas destacó que esta es la única empresa de fabricación de aviones a nivel nacional y una de las pocas a nivel latinoamericano, resaltando la importancia de su formación: “la mano de obra nuestra es muy específica y se hace a través de los años, rendimos exámenes de aptitudes, cursos, para calificarnos. Un operador aeronáutico se forma en varios años”.
Al cierre de la entrevista, el trabajador aseguró que “desde esta gestión no tenemos respuestas. Cuando esperábamos un trato más cercano al trabajador, estamos recibiendo el mismo trato de un patrón de estancia”. Actualmente “tenemos compañeros en remises y en obras de construcción. Todo trabajo es digno, pero esto no es para lo que nos estuvimos preparando por tanto tiempo”.