Tasa a multinacionales
En una cumbre en Venecia, ministros de Finanzas y presidentes de los Bancos Centrales de los países del G20 aprobaron un mecanismo fiscal que promueve un impuesto mínimo global del 15% para las empresas multinacionales.
La medida apunta contra las empresas con ingresos anuales superiores a los 20.000 millones de dólares, utilidades del 10% y que concentran sus capitales en países con baja tributación, conocidos como “paraísos fiscales”. Esta propuesta fue motorizada por el Gobierno de Joe Biden, a través de Janet Yellen, secretaria del Tesoro de Estados Unidos.
Este acuerdo fue promovido a principios de mes por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), siendo firmado por 130 países del mundo, representantes del 90% del producto interior bruto (PIB) a nivel mundial.
La implementación efectiva de esta fiscalidad internacional no se dará hasta 2023.
Dereje Alemayehu, presidente de la Alianza Global para la Justicia Fiscal, opinò que “acordar un impuesto del sólo 15% a las multinacionales seguirá perpetuando un sistema desigual porque las empresas locales continuarán pagando tasas más altas, que oscilan entre el 25 y 30%” y abogó por “insistir en la necesidad de imponer un impuesto más alto y que esta discusión se dé en el marco de las Naciones Unidas”.
Las “high tech” en la mira
Esta medida apunta a las estructuras empresariales de las empresas tecnológicas, las grandes ganadoras de esta pandemia, debido al auge extraordinario del intercambio global de servicios digitales, que aumentó 15% en 2019, y a 18% en 2020.
Durante los primeros cinco meses del 2021, las principales empresas “high tech” de EEUU (Amazon/AWS, Microsoft, Google, Apple, y Facebook) aumentaron su valor de mercado en 1,28 billones de dólares.
Entre 2000 y 2018, las empresas estadounidenses registraron la mitad de todas las ganancias extranjeras en siete jurisdicciones de impuestos bajos: Bermudas, Islas Caimán, Irlanda, Luxemburgo, Países Bajos, Singapur y Suiza.
En conjunto, estas empresas tienen una cotización en Wall Street que supera los 8 billones de dólares, que representa más de un tercio del PBI norteamericano (US$22,6 billones/25% del PBI global).
La inflación de EEUU subió un 5,4%
El Departamento de Trabajo de Estados Unidos reportó este martes una inflación en junio de 0,9%, lo que suma en el acumulado interanual un 5,4%, el mayor aumento de precios en 12 meses desde la crisis del 2008.
Por otra parte, la inflación subyacente, un índice que excluye del cálculo el aumento de alimentos y combustibles, aumentó un 4,5%, el mayor incremento desde 1991. En consecuencia, el índice dólar, que mide al billete verde frente a una canasta de seis monedas, subió un 0,59% a 92,762, su nivel más alto desde el 8 de julio.
Larry Fink, director ejecutivo del fondo de inversión BlackRock, augura una inflación anual de entre un 3,5% y un 4%. “En los próximos años veremos más enfoque en los trabajos, más enfoque en remodelar nuestras plataformas de fabricación, nuestra cadena de suministro. Estos van a ser un poco más inflacionarios”, aseguró.
Unión Europea lanza el “acuerdo verde”
La presidenta de la Unión Europea, Ursula Von der Leyen, presentó la semana pasada frente a la Comunidad Europea un paquete legislativo con los objetivos climáticos a cumplir para el año 2030.
La iniciativa, denominada “European Green Deal (el acuerdo verde europeo)”, propone una hoja de ruta en dirección de ser el primer continente climáticamente neutro para 2050, reduciendo para 2030 las emisiones de gases invernaderos en un 55%.
Con estas medidas, el continente apunta a un cambio de matriz energética, a partir de una “descarbonización” de la economía, la imposición de un precio del carbono para el sector de la aviación y el sector marítimo, la promoción de vehículos de emisiones cero y estimulando el uso de combustibles más limpios.
De acuerdo con la Comisión Europea, la producción y el uso de energía representan el 75% de las emisiones de la UE. En ese sentido, el objetivo de la región será producir el 40% de su energía a partir de fuentes renovables para 2030.
El acuerdo, suscrito por los 27 países miembros, comprende un “impuesto al carbono” para las fronteras del continente, para disuadir la relocalización de plantas contaminantes en jurisdicciones menos estrictas.