Metalúrgicos de UOM Avellaneda marcharon a Casa Rosada para entregar un petitorio por el conflicto con la empresa Tenaris Siat.
Los trabajadores vienen denunciando hace un año que la empresa del Grupo Techint recortó los salarios con el quite del premio producción mientras avanzan sobre los derechos laborales.
Con este medio ya habíamos registrado a finales del 2020 cuando los obreros se movilizaron a las torres Catalinas (edificio donde opera la firma) sosteniendo el reclamo.
En esta oportunidad, desde Tribuna, conversamos con José Villa, dirigente de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) de Valentín Alsina.
¿Qué los motivó a movilizar a Casa Rosada?
La movilización se enmarca en el plan de lucha que inició el año pasado. Ahora entregamos un pedido para que el Gobierno Nacional tome cartas en el asunto. Ya tuvimos un paro por tiempo indeterminado a finales del año pasado que duró 8 días.
Nosotros venimos luchando contra la rebaja salarial. Ahora nos quitan el premio producción pero lo que queremos mostrar es lo que está pasando con el salario.
Sucede que la inflación se disparó de una manera terrible y el salario ya no alcanza. Mientras que nosotros perdemos las empresas avanzan. En Tenaris, puntualmente en Valentin Alsina se compró una fábrica que estaba al lado que hace revestimientos de tubos, entonces la empresa en problemas económicos no está, incluso se estuvo tomando personal.
Por ejemplo, en este lugar nuevo que se compró, si vas a los comedores no hay dispense con agua. La gente está trabajando así desde hace 2 meses. Sumado a eso, existe un aprovechamiento de la pandemia y se avanza sobre los derechos laborales como el convenio colectivo.
¿Cuál es la situación de los obreros metalúrgicos respecto a las paritarias?
El acuerdo paritario que se firmó está dividido en varias etapas y la realidad es que estalló por el aire, la realidad se lo llevó puesto. Hoy un trabajador debería cobrar 110 mil pesos como dijeron los trabajadores del Indec. Y en la UOM no sé si llegamos a la mitad, un básico no alcanza los 55 mil pesos.
Son situaciones que ya perdieron el rumbo, el salario quedó estancado y la economía se disparó. Nosotros tenemos compañeros que en asambleas han contado que estuvieron cirujeando para llegar a fin de mes. Esa realidad se ve en los barrios también, y el pueblo laburante vive días de incertidumbre. Ellos plantean propuestas con soluciones, claro pero son para firmar a la baja.
Entonces ahí va nuestro reclamo. Intentamos dar una pelea para demostrar que no podemos dejar pasar esto. Hubo mucha historia obrera para tener las conquistas que al día de hoy son mínimas, como respetar condiciones de trabajo o el salario.
¿Qué desafíos enfrenta el movimiento obrero?
Uno de los problemas que tenemos son las mismas organizaciones sindicales. No hay que generalizar, pero quienes manejan la batuta de la CGT están en otra cosa.
Y ahí tenemos un desafío. Está pasando algo que es la falta de participación real de los trabajadores. Viene hace tiempo, en los 70 se cortó un proceso histórico de poder con la dictadura, entonces tenemos una tarea titánica y anónima por recomponer esa fuerza.
Nosotros somos una experiencia chica que va para todos lados, y todos te quieren poner la pildorita: “quédate con nosotros”, “vas a estar más cómodo”. Y no te entienden cuando vos planteas que la lucha pasa por la dignidad de los trabajadores.
Te dicen que estás fuera de moda. Será así, estaremos fuera de moda. Hay muchos trabajadores que están dando esa pelea y si, la cosa cambia desde la base, se puede mejorar un poco por acá y otro por allá, pero será todo maquillaje. Desde arriba con las estructuras sindicales no tengo expectativas.