La Biblioteca Popular, Luis Roberto Altamira, lleva más de 20 años comprometida con la difusión de la cultura y la educación para la comunidad villanovense. Hoy, su funcionamiento se ve afectado por un forzado traslado del espacio en el que desarrollaban sus actividades.
“Comenzamos con 26 libros en 1996, hoy tenemos más de 17.000 libros desparramados por la falta de espacio. Hay muchos que se mojaron y hubo que tirarlos. Hoy el abuso de poder puede más que la buena voluntad de las personas”, lamentó Irma Salazar, la actual presidenta de la biblioteca.
La entidad, además de garantizar el acceso a la lectura, redobló su compromiso con la educación a través del desarrollo de un programa de apoyo escolar, en el que participaban más de 70 niños de distintos barrios de la ciudad. El espacio se sostiene con la colaboración de la cuota de sus socios y un subsidio proveniente de la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares (CONABIP).
En 2019, la Secretaría de Cultura de la Municipalidad dispuso el traslado de la biblioteca a una sala contigua de la Casa de Cultura, lo que obligó a la comisión a suspender el apoyo escolar por la falta de espacio. A su vez, el reducido espacio y las malas condiciones edilicias imposibilitan el orden de los materiales y el funcionamiento de la misma.
“Es muy triste la situación que estamos pasando, trabajamos para la población, es una ayuda que queremos hacer, pero sufrimos muchos abusos y por eso esperamos que vengan desde CONABIP para hacer una inspección, con gente capacitada para ayudarnos a solucionar esto”, concluyó la referente.