La Cancillería Argentina denunció a través de un comunicado despliegues militares del Reino Unido en las Islas Malvinas.
El motivo del posicionamiento fue como respuesta ante una reciente instalación por parte de los británicos de un sistema antiaéreo “Sky Sabre” que reemplazaría a los misiles Rapier triplicando su alcance.
La situación fue planteada ante la Unión Europea, por el Secretario de Malvinas, Guillermo Carmona, pidiendo por la soberanía del territorio y ratificado por China, luego del encuentro que mantuvieron Alberto Fernadenz y Xi Jinping.
Según reconocen desde el Gobierno, esta acción viola las normativas actuales de realización de movimientos unilaterales en un contexto de negociación por el territorio.
En su encuentro con Xi Jinping, el presidente Fernández, dejó planteada la posición frente a la negociación con Malvinas y de su parte, China ratificó la situación de Taiwán. Esto fue aclarado en un documento posterior al encuentro.
“De este modo, la Parte argentina reafirmó su adhesión al principio de una sola China, mientras que la Parte china reiteró su apoyo a los reclamos de ejercicio pleno de soberanía de la Argentina en la Cuestión de las Islas Malvinas, así como a la reanudación a la mayor brevedad de las negociaciones encaminadas a la solución pacífica de la disputa”, plantea el documento conjunto.
We completely reject any questions over sovereignty of the Falklands.
The Falklands are part of the British family and we will defend their right to self determination.
China must respect the Falklands’ sovereignty 🇬🇧🇫🇰
— Liz Truss (@trussliz) February 6, 2022
Ante el posicionamiento chino, la ministra de Exteriores de Reino Unido, Lis Truss respondió rechazando la política china y refiriéndose a la autodeterminación: “China debe respetar la soberanía de las Malvinas”.
La militarización de Malvinas por los británicos, el posicionamiento de China y la UE, quedan planteadas en el marco general de los enfrentamientos que tienen curso entre las fuerzas mundiales. Estos elementos configuran pequeñas partes de un nudo mayor de conformación de bloques mundiales en el proceso de guerra en curso.
armamento militar británico en las Islas Malvinas. Recientemente se conoció la instalación del sistema anti aéreo Sky Sabre en las Islas Malvinas, un sistema de defensa aérea, basado en tierra, de nueva generación que viene a reemplazar a los misiles de tipo Rapier y que triplican su alcance.
Se trata de una nueva e injustificada demostración de fuerza y un deliberado apartamiento de los llamamientos de las numerosas resoluciones de las Naciones Unidas y de otros organismos internacionales, que instan tanto a la Argentina como al Reino Unido a reanudar las negociaciones, a fin de encontrar una solución pacífica y definitiva a la disputa de soberanía que involucra a ambos países en la Cuestión de las Islas Malvinas.
La persistencia del Reino Unido en la ampliación de su armamento militar en el Atlántico Sur contraviene específicamente la resolución 31/49 de la Asamblea General de Naciones Unidas que insta a ambas partes (la Argentina y el Reino Unido) a que se abstengan de adoptar decisiones unilaterales que entrañen la introducción de modificaciones en la situación mientras las Islas están atravesando por el proceso de negociación por ella recomendado.
La presencia militar contradice también la resolución 41/11 de la Asamblea General (Zona de Paz y Cooperación en el Atlántico Sur) que entre otras disposiciones, “exhorta a los Estados de todas las demás regiones, en especial a los Estados militarmente importantes, a que respeten escrupulosamente la región del Atlántico Sur como zona de paz y cooperación, en particular mediante la reducción y eventual eliminación de su presencia militar en dicha región”. En ese sentido, la alegada condición defensiva de la base militar británica en el Atlántico Sur no sólo es totalmente injustificada sino también representa una amenaza para toda la zona.
Frente a estos nuevos actos de hostilidad, la República Argentina sigue reafirmando su vocación pacífica y su permanente y constante voluntad de retomar las negociaciones con el Reino Unido con el fin de alcanzar una solución definitiva a la disputa de soberanía.
La militarización de Malvinas es un movimiento «preventivo» de EEUU y Gran Bretaña, para los que es estratégico controlar la entrada a las rutas atlánticas. De hecho, la importancia de Malvinas se proyecta más allá, hasta el tercer socio de AUKUS, Australia, temerosa de perder a manos de China una parte del territorio antártico que reivindica (casi la mitad).
La unión de la competencia entre China y AUKUS por controlar las rutas comerciales transoceánicas australes, con la competencia entre Brasil/Perú y Argentina/Chile por convertirse en base del corredor transoceánico, está formando el eslabón que, todo parece indicar, unirá el conflicto imperialista global con el regional de una manera nueva: integrando económicamente sus protagonistas regionales entre sí y con una potencia de referencia exterior en dos grupos relativamente estables.
Es decir, el conflicto de Malvinas, como el de Taiwán y con más claridad que el de Ucrania, apunta a convertirse en uno de los hitos del proceso de construcción de bloques militares globales. No se trata de unas islas remotas ni de un «problema distinto y distante». Estamos asistiendo a los primeros pasos de la mundialización de la guerra imperialista.