En el marco del conflicto entre Rusia y Ucrania, y luego haber planteado diversas sanciones económicas a Moscú, Estados Unidos mantuvo reuniones con funcionarios venezolanos al mostrarse interesado en adquirir petróleo del país sudamericano.
El 7 de marzo pasado, se confirmó una reunión entre el gobierno venezolano y una delegación enviada por EE.UU., en el Palacio de Miraflores, en Caracas. La misma fue la primera desde la ruptura de relaciones entre ambos Estados en 2019.
En el encuentro se abordaron múltiples cuestiones de las cuales se destaca el tema de la energía y la situación de ciudadanos norteamericanos detenidos en Venezuela, entre los cuales se encuentran 6 ejecutivos de Citgo, la filial de PDVSA (Petróleos de Venezuela S.A., la petrolera estatal de Venezuela), en prisión desde 2017.
Previo a la reunión, EE.UU. anunció la prohibición a la compra de petróleo, gas natural y carbón a la Federación Rusa. En este contexto, el país del norte propone suplantar el petróleo ruso por el venezolano.
Por su parte, Nicolás Maduro, presidente de Venezuela, expresó que su país está preparado “para crecer uno, dos, tres millones de barriles (diarios) si hiciera falta para la estabilidad”. Esto ocurre en un contexto donde los precios del petróleo se han disparado en las Bolsas de Valores.
Respecto al conflicto en la zona europea, Maduro había afirmado anteriormente que “una de las principales formas de guerra del imperialismo norteamericano es la guerra económica, utilizando el dólar, el sistema financiero, el sistema comercial. Las guerras económicas deben cesar y deben acabarse en el mundo”. “Los problemas del mundo deben resolverse por la vía diplomática y política” para “preservar la paz del mundo”.