Miles de trabajadores franceses salieron a las calles parisinas para reclamar por condiciones de vida y denunciar los aumentos de precios.
Como hemos informado en ediciones previas, Europa transita meses marcados por la movilización de la sociedad en un marco de crisis inflacionaria y energética. En este marco continental, Francia encabeza la lucha contra la situación socioeconómica.
El domingo 16 de octubre se dió una nueva manifestación traducida en la salida a las calles de cerca de 140.000 franceses.. Dicha movilización, convocada desde la Confederación General del Trabajo (CGT), puso en relieve el encarecimiento de la vida en una de las mayores crisis inflacionarias de Francia, que alcanzó el 5,6 % interanual en septiembre.
Philippe Martínez, secretario de la central obrera, reclamó un aumento del salario mínimo (el objetivo es llegar a 2.000 euros, frente a los 1.678,95 actuales) y la “indexación” del resto de los sueldos con el costo de la vida para que no pierdan poder adquisitivo. “Cuando la discusión no basta, hay que dar un paso más”, añadió el líder sindical.
Entre los sectores movilizados se registró la presencia de estudiantes, comerciantes, trabajadores del ferrocarril, camioneros, choferes de autobuses, docentes y de los hospitales públicos, además de los trabajadores de las refinerías, en conflicto desde hace semanas.
Los sindicatos se solidarizaron en rechazo de la controvertida decisión gubernamental de obligar a trabajar al personal en huelga de Total Energies, quienes, además de reclamar por mejoras salariales, buscan un mejor reparto de los beneficios obtenidos por la empresa energética durante el primer semestre del 2022 (más de 10.000 millones de dólares).