Desde Tribuna dialogamos con Carla Burnier, socia fundadora de la Cooperativa de Trabajo Pionera Nativa, quien nos comentó sobre la creación de la entidad y las tareas que llevan a cabo.
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La Cooperativa de trabajo Pionera nativa, nació en marzo de 2020. Con la nueva posibilidad de generar asociaciones de tres personas dieron curso a la entidad. Convencidos de que debían darle legalidad a su trabajo, que no podía limitarse al voluntarismo y que debía abrir las puertas a la construcción de nuevas prácticas laborales.
Tras presentar los papeles en abril de este año, lograron tener la matrícula para funcionar como cooperativa cuatro meses después. Es la única cooperativa de la ciudad con el nuevo formato impulsado por el INAES, que contiene 3 trabajadores, “de hecho, cuando mandamos los papeles, tuvimos dificultades porque aún no saben cómo resolver el tema de la administración de tres socixs, éramos más personas, pero cómo nos llevó mucho tiempo en la administración y envío de papeles, mucha gente se bajó”.
Así, se convirtió en una posibilidad para profundizar sus tareas, por un lado, la educación en materia ambiental del algarrobal y bosques nativos, y por otro las tareas en agroecología, huerta, insumos y demás.
¿Cómo surgió la idea de hacer una cooperativa?
Nosotrxs venimos de la organización de una asamblea que trabaja el proyecto de la expropiación del algarrobal, de ahí toda nuestra formación sobre cómo cuidar el ambiente y preservar las áreas naturales con prácticas que conserven el ecosistema en su mayor diversidad y cultura.
El objetivo es financiar las actividades y lograr un reconocimiento a un trabajo que fue voluntario, marcando los precedentes suficientes para prácticas laborales en armonía con nuestro entorno y naturaleza. En el camino surgieron muchas ideas, como asociación civil, una ONG, una cooperativa, una fundación, definimos que la cooperativa era lo que nos dejaba más margen de producción y el manejo económico.
¿Cuáles son las principales tareas que realizan en su cooperativa?
Nosotros hacemos actividades referidas a la gestión de espacios verdes y asistencia en forestación, con el objetivo de conservación y ampliación de bosques especialmente en nuestra región geográfica del Espinal.
Ofrecemos servicios en asesoría ambiental, tanto a instituciones, empresas o municipios, trabajando en la gestión de residuos. Además, ofrecemos otros servicios como la gestión cultural, buscando generar compromiso ambiental.
Sobre la actividad “generadores de compost”, ¿dónde se va a realizar?, ¿puede asistir cualquier persona o se requiere algún conocimiento previo?
La idea del taller de compostaje surge a partir de la identificación del problema que tenemos como sociedad para separar nuestros desechos. En nuestros inicios, pudimos reunirnos con las compañeras de la Cooperativa 7 de Febrero y entendimos el estado en el que llegan al vertedero los materiales orgánicos. Si llegan mojados o sucios no se pueden reutilizar y la disposición final es el enterramiento de material que es ganancia para las trabajadoras.
Entendemos que la problemática no se resuelve con un proyecto ni con lo que pueda hacer el municipio, sino que parte de nosotros mismos en nuestras casas. Algo complejo ya que, por más que el municipio tiene la disposición de gestionar recursos para hacer un centro de gestión ambiental que funcione, la gente debe separar. Entonces debemos concientizar y debatir para construir entre ciudadanxs el relevante problema de consumo que atravesamos.
El taller tiene como base adquirir el reconocimiento de los indicadores de un producto saludable. La obtención de un producto eficiente para contribuir con el proceso biológico estable, queremos decir, cultivar plantas sanas, con tierra fértil: cómo hacer o mejorar mi compost, como lo puedo utilizar, ¿por qué?, y ¿para qué lo hago?
Por esto, queremos hacer extensiva la invitación de encuentro para este sábado 3 de diciembre a las 18:00hs, en Cielito Abierto, Villa Nueva (Av. Las fresias S/N, es el portón donde topa la avenida).