De esta forma se convierte en miembro de la alianza político-militar liderada por EE.UU. y duplica la frontera entre la OTAN y Rusia. Tras la decisión, Suecia reafirma su interés por sumarse.
La adhesión del país nórdico a la alianza se da tras la aprobación de Turquía, el único de los 30 socios que aún no la había ratificado, a diferencia de Suecia, que aún sigue bloqueada por Ankara.
Tras el hecho, la ministra sueca de Asuntos Europeos, Jessika Roswall, afirmó que “la entrada de Finlandia en la OTAN hace de Suecia un país más seguro” y confirmó que se han cumplido los acuerdos generados con Turquía para que el mismo apruebe el ingreso de su Estado.
El ingreso formal de Finlandia y el interés de Suecia, se dan en el marco del conflicto ruso-ucraniano que generó un viraje desde la neutralidad sostenida por ambos países nórdicos desde la Guerra Fría hacia el alineamiento directo con la OTAN. A partir de la formalización del ingreso el 4 de abril, la frontera entre la OTAN y Rusia pasa de ser de 1.300km a 2.600 km.