Se recrudece la presencia policial y la infantería reprime violentamente los reclamos por las condiciones de vida de los trabajadores.
El pasado 14 de abril, el Sindicato de Empleados Públicos (SEP) realizó una movilización por reclamo salarial en la ciudad de Córdoba. Allí las fuerzas policiales increparon a delegados del gremio y efectuaron detenciones de forma violenta.
Stefano Ciravegna, delegado del SEP Villa María, fue uno de los apresados y en diálogo con Tribuna comentó que al terminar la marcha la policía generó una emboscada en el estacionamiento donde se encontraba buscando alimentos para los asistentes de la marcha.
“En el lugar la policía empezó a tirar gases lacrimógenos y nos tiraron al suelo, recibimos varios golpes y me subieron a una moto para llevarme a la comisaría donde pasé un par de horas hasta que me llevaron a tribunales. También me pintaron los dedos bajo la causa de desacato a la autoridad y lesiones” comentó.
Cabe resaltar que el mismo fiscal que autorizó la represión a la marcha, Ernesto Aragón, fue el mismo que imputó al secretario general de la CTA Autónoma, Federico Giuliani, bajo la carátula de “obstrucción de tránsito para los medios de transporte”.
Dicha causa, deviene de la participación del dirigente en la marcha “contra el Hambre”, organizada por la Unidad Piquetera el pasado 5 de abril en Córdoba. La condena va desde seis meses a dos años de prisión en suspenso.
Desde la página web del gremio informaron que en este momento de crisis social a través de la judicialización “pretende constituirse en un mecanismo disciplinador y de amedrentamiento para quienes luchan frente a tantas injusticias”.