“Tenemos que asumir que estamos en un momento para estar organizados, salir a la calle y pelear”, comentó Mariana Mandakovic, secretaria general del gremio de prensa.
En las últimas semanas los trabajadores de prensa de todo el país impulsaron un plan de lucha por mejores condiciones de vida exigiendo aumentos salariales y la reincorporación de trabajadores despedidos del Grupo Clarín.
En ese marco conversamos desde Tribuna con Mariana Mandakovic, secretaria general del Círculo Sindical de la Prensa y la Comunicación (CISPREN), gremio que nuclea a los trabajadores de prensa de la provincia de Córdoba.
Los trabajadores de prensa emprendieron un plan de lucha por mejores condiciones de vida ¿De qué consta este plan y en qué situación se encuentra en la actualidad?
Este 1° de mayo nos encuentra a los trabajadores y trabajadoras de prensa más movilizados y organizados, con un plan de lucha que para nosotros tiene un sentido nacional porque sentimos que lo que nos pasa en prensa no es exclusivo de las fronteras de nuestra provincia, sino que se repite a lo largo y a lo ancho del país.
Venimos desde hace mucho tiempo discutiendo que nos tenemos que organizar como clase, independientemente en donde ejercemos nuestro oficio. Eso nos obliga como organización a abrir el juego, a pensar nuevas estrategias, a pensar políticas gremiales mucho más amplias en este contexto.
Decimos que esto es así porque nuestro salario, sin importar el lugar, está por el piso, nuestras condiciones de trabajo están siendo cada vez más precarizadas y más flexibilizadas. Hoy en día, la fortaleza de una organización sindical está dada en su capacidad de abrir la cabeza y de discutir con otros y otras.
En particular, en la provincia entramos en un plan de lucha que empezó el primero de marzo con el acuerdo paritario 2022/23, quedando por debajo de la inflación interanual. Es importante señalar que venimos con la consigna de no perder contra la inflación, cuando en realidad también tendríamos que estar recuperando el salario de acuerdos anteriores.
Venimos de varios años perdiendo contra la inflación en un contexto social donde el país tiene un acuerdo firmado con el Fondo Monetario (FMI) que es inflacionario y se traduce en ajustes para los trabajadores y trabajadoras.
Llevamos dos meses de debate con propuestas totalmente insuficientes por parte de las patronales dando lugar a dos medidas de fuerza muy contundentes. Quienes hace mucho tiempo que estamos en el gremio de prensa entendemos que estas medidas fueron históricas.
¿Cómo se inscribe la lucha de los trabajadores de prensa con la del conjunto del movimiento obrero?
Hoy hay una convocatoria de la CTA Autónoma por el 1º de mayo junto con la UTEP para marchar en Buenos Aires y se prevé una movida grande con la consigna “No al Fondo Monetario Internacional”.
Si nosotros no analizamos lo que nos pasa en un contexto mayor y pensamos que solamente es algo de la actividad de prensa, estamos errando. La construcción del poder popular es una disputa permanente. Nadie nos va a regalar nada y nadie va a venir a hacer lo que nosotros no estemos dispuestos a hacer.
Estamos en un momento de disputa donde el movimiento obrero como nunca ha retrocedido tanto en la disputa por la renta, y hoy esta riqueza se la están llevando otros. Tenemos que asumir que estamos en un momento para estar organizados, de salir a la calle y pelear.
Ante el debate sobre si alinearse al dólar, o al yuan, o a otro esquema de poder internacional, los salarios siguen sin remontar su caída de poder adquisitivo. ¿Qué opinas sobre esto?
No creo en el imperialismo. Me parece que ningún imperio puede hacernos bien, eso no quiere decir que no tengamos relaciones con todos los países pero sin jugar un rol de dominados y dominantes. Debemos construir nuestra propia instancia mirándonos en clave de emancipación latinoamericana.
En el marco de este 1 de mayo ¿Cómo llevar adelante una política en favor del pueblo trabajador?
Estamos en una nueva etapa que tenemos que lograr caracterizar entre todos. Estamos en un post neoliberalismo y lo que requiere es que abramos los debates, que abramos la cabeza para organizarnos como movimiento obrero en función de lo que esta etapa requiere.
Eso nos obliga a que mientras damos este debate defendamos lo cotidiano, y mientras peleamos por lo cotidiano poder darnos un margen de apertura más amplio para pensar cuál es la estrategia desde los trabajadores y trabajadoras.
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