En el marco de la dictadura de Juan Carlos Onganía tuvo lugar el Cordobazo, uno de los episodios más álgidos de la lucha popular contra el régimen.
El 29 de mayo de 1969 Córdoba fue escenario de una de las protestas más importantes en la historia del siglo XX en el país. En ese marco, se constituyó un sujeto que se formó en la lucha y que impregnó al conjunto de la sociedad de un velo de esperanza por un cambio democrático en las condiciones de vida.
Fue la conformación del nexo entre estudiantes y obreros lo que constituyó el más alto grado de desarrollo en la lucha de clases del periodo como lo caracterizaría en uno de sus escritos, Agustín Tosco, dirigente sindical de Luz y Fuerza, al reflexionar sobre lo sucedido.
El Cordobazo tuvo como chispazo la política de Onganía, incluyendo el cese del sábado inglés y las quitas zonales. En el caso de la primera, esta condición establece que los días sábados se trabaja a media jornada. Por las quitas zonales, el reclamo tenía que ver con una medida antiobrera que según adjudicaba el gobierno establecía reducción de los salarios en zonas industriales para promover las inversiones.
Esas condiciones dieron margen de acción para que la CGT convocara a una huelga general el 29 de mayo, con abandono de tareas y movilización. Los obreros partían desde las fábricas marchando al centro de la ciudad. Una marea de mamelucos y borcegos inundaban el suelo de los cordobeses. Una jornada que estaría marcada por el enfrentamiento cuerpo-cuerpo contra las fuerzas armadas del gobierno militar.
Villa María
Durante 1969 estudiantes correntinos se organizaron contra la privatización del comedor universitario y en jornadas de lucha con represión ocurria la muerte del estudiante Cabral a manos del Ejército.
En solidaridad, el 21 de mayo, un Comité de lucha de estudiantes de Rosario junto a la CGT de los Argentinos convocaron a una “Marcha del silencio” que partió desde la Intendencia hacia la sede de la central obrera de la cual se registran unos 5000 estudiantes y obreros.
Las acciones de lucha entre la fracción obrero-estudiantil contra la fuerza militar organizada en forma de gobierno fueron contundentes. La represión fue permanente como los mecanismos de autodefensa: barricadas, piedras, fogatas para hacer retroceder a los militares.
También, el 21 de mayo se desarrolló en Villa María una movilización estudiantil, bajo la proclama de “Marcha del Silencio”, de la cual participaron alrededor de 400 estudiantes repudiando la represión del régimen a las movilizaciones en Tucuman, Corrientes, Córdoba y Rosario.
Fue en calle Corrientes dónde fue interceptada por un pelotón de la guardia de infantería y reprimida. Bastones y represión fueron las respuestas del Ejército ante los estudiantes quienes se reagruparon en Plaza Centenario y se dirigieron hacia Plaza San Martín, frente a la catedral. Al día siguiente, estudiantes terciarios de la ciudad se sumaron a las acciones de protestas.
Por otro lado, como antecedente histórico del movimiento obrero en la ciudad, el 30 de agosto de 1968, Raimundo Ongaro, sindicalista gráfico arribó a la ciudad para asistir al acto de la constitución de la filial villamariense de la CGT de los Argentinos. Luego, tendría lugar la conformación de la Comisión Coordinadora de Gremios de Villa María fundada el 26 de mayo de 1969 en “vísperas” del Cordobazo. Sería oficializada en un plenario desarrollado en el Centro de Empleados de Comercio (CEC) e integrada por el CEC, Luz y Fuerza (energía eléctrica), UOM (metalúrgicos), La Fraternidad (ferroviarios) y FOECYT (correo y telecomunicaciones).
Durante la noche del mismo 29 de mayo, en la ciudad, una cadena arrojada sobre una línea de corriente eléctrica y la detonación de un explosivo en el centro generaron un corte de energía. En la mañana del 30, la ciudad amaneció vacía, en adhesión al llamado de cese de actividades.
La ciudad estuvo marcada por las manifestaciones obreras y estudiantiles, convirtiéndose en un foco de protesta contra la dictadura de Onganía antes, durante y después de las puebladas del 69’. Según relató Agustín Tosco, “en Villa María, ustedes representan parte de esa incontenible fuerza de proyección nacional que aspira a verdaderos y sustanciales cambios”.
Hoy, 54 años después de esta gesta obrero-estudiantil, reflexionamos sobre las luchas pasadas, los reclamos históricos y las deudas económicas, sociales y políticas con nuestro pueblo. De la misma forma en la cual, el Cordobazo y las diversas puebladas a lo largo y ancho de nuestro país, lograron develar el entramado de destrucción de las condiciones de vida de las familias trabajadoras, hoy debemos develar las injusticias que persisten aquejando a cada uno de nuestros compatriotas.