La mitad de la población del país vive con un ingreso de $55.000 o menos por mes, mientras que la Canasta Básica Total (CBT) para una persona supera los $73.000.
El INDEC publicó la semana pasada el índice de salarios correspondiente al mes de abril donde se menciona que hubo un incremento del 5,7% mensual en promedio entre trabajadores ocupados registrados, no registrados y públicos. Durante un año los salarios aumentaron 103,8%, por debajo del 108,8% de inflación del mismo periodo.
La peor parte se la llevaron los trabajadores del sector privado no registrado (informales) con un aumento del 4,8% en el mes, y con tan sólo 77,5% de aumento interanual. Esto quiere decir que los trabajadores perdieron casi el 27% del poder adquisitivo de su salario en tan solo un año.
Según estimó el último Informe del Programa Cambio Estructural y Desigualdad Social (IIGG-UBA) y del Observatorio de la Deuda Social Argentina (ODSA-UCA), el 27% de los trabajadores ocupados son pobres. En cuanto al “trabajo de indigencia” llegó al 16%.
Para encontrar una situación similar, exceptuando el 30,5% en contexto de pandemia el 2020, debemos remontarnos a 2006, año en el cual el indicador se ubicó en 28,5% y 18,4% respectivamente.
Para los trabajadores registrados el escenario tampoco parece muy alentador. Según la Encuesta Mensual de Tendencias de Incrementos Salariales en la Argentina, realizada por la consultora Mercer, las empresas prevén otorgar en 2023 un incremento total del 103% al personal fuera de convenio, muy por debajo de la estimación de inflación anual.
Los 12 sectores industriales donde prevén otorgar los mayores incrementos, aunque sin siquiera igualar la inflación, son el bancario (113,5%), servicios financieros (111,66%), construcción (110,04%), energía (109,85%), farmacéutica (107,60%), fintech (107,36%), seguros (107,33%), high tech-servicios de telecomunicaciones (105,84%), entre otros.
Esta información es contrastable con el último informe de INDEC sobre la distribución del ingreso, donde se menciona que la mitad de los trabajadores ocupados del país (unas 6 millones de personas) cuentan con un ingreso de $95.000 o menos. Los números muestran una situación alarmante comparándolos con una canasta básica familiar que supera los $220.000.
Según el informe, teniendo en cuenta la distribución de los ingresos familiares per cápita, la mitad de la población del país vive con un ingreso de $55.000 o menos por mes, mientras que la Canasta Básica Total (CBT) para una persona supera los $73.000.