La creciente implementación del yuan en las operaciones comerciales y financieras emerge como la nueva estrategia del gobierno para profundizar el sendero del endeudamiento y la dependencia.
Antes de finalizar el mes de junio, la portavoz de la Presidencia, Gabriela Cerruti, anunció que el gobierno realizaría un pago equivalente a 2.700 millones de dólares al Fondo Monetario Internacional (FMI) con yuanes y Derechos Especiales de Giro (DEG), un activo multilateral creado por el FMI para sus transacciones cuya cotización es calculada a partir del valor de una canasta de divisas: el dólar estadounidense (41% del total), el euro (31%), el renminbi chino (11%), el yen japonés y la libra esterlina.
La liquidación se fraccionó en $1.700 millones de dólares en DEG y el resto en yuanes. El concepto del pago fue parte del cronograma de vencimientos de la deuda impuestos por el Fondo y avalados por el gobierno durante el último acuerdo celebrado en marzo del año pasado. Esa renegociación modificó el calendario de pago y las condiciones de devolución del crédito de 44.000 millones de dólares que el país recibió en 2018.
Según las reglas del FMI, si el gobierno no realizaba el pago para el viernes, no habría podido utilizar la moneda especial del FMI para pagos posteriores. Es así como el sorpresivo anuncio es un primer antecedente que dejó ver la urgencia de la gestión por cumplimentar sus obligaciones con el organismo multilateral y la situación de escasez de las reservas de dólares.
“No van a utilizarse reservas ni se van a poner en riesgo las reservas del Banco Central”, aclaró la vocera en conferencia de prensa. En lo que va del año, las reservas del Banco Central acumulan una caída de más de 17.000 millones de dólares, ubicándose en 27.529 millones de dólares, su cifra más baja desde 2016.
Habilitación del Yuan
A su vez, el Banco Central de la República Argentina (BCRA) incorporó a la divisa oficial china como moneda admitida de captación de depósitos en las cajas de ahorros y cuentas corrientes. “Las entidades financieras estarán así habilitadas a la apertura de cuentas bancarias nominadas en yuanes renminbi”, informó la autoridad monetaria en un comunicado.
Esta medida se complementa también con la reciente decisión de la Comisión Nacional de Valores (CNV) de habilitar la emisión de bonos en yuanes, a través de la cual se permite comprar bonos en pesos y venderlos en yuanes RMB en busca de ofrecer a inversores esquemas alternativos de financiamiento.
El BCRA destacó que cuenta con tenencias propias de yuanes, además de los 70.000 millones en yuanes de libre disponibilidad provenientes del acuerdo de intercambio de monedas (swap), por un monto total de 130.000 millones para los próximos tres años, renovado este mes durante la gira en el país asiatico del ministro de Economía, Sergio Massa. De esta forma, la divisa representa actualmente el 60% de las reservas brutas en poder de la entidad monetaria.
Cabe aclarar que el uso de estos yuanes también cuenta con la obligación de devolverlo añadiendo el cálculo del interés de la tasa Shibor (Shanghai Interbank Offered Rate), la tasa de referencia de la política monetaria de Banco Popular Chino (que rondaría alrededor del 6% anual), más 400 puntos básicos.
En abril, tras la corrida devaluatoria que elevó la cotización del dólar “blue” desde los $391 hasta los $495, el gobierno decidió habilitar a empresas el pago en yuanes de importaciones provenientes de China como otro mecanismo para el ahorro de divisas estadounidenses para el pago de la deuda.
Esta medida fue un anticipo de lo que más tarde el ministro Massa, en el marco del lanzamiento de la primera Cámara de Comercio Argentina en China durante su mencionada gira, les anunció a los empresarios la apertura del intercambio comercial directo entre ambos países a través de yuanes.
Allí, se hicieron presentes con su aval representantes de Agenduo, Andex Group, Arcor, ArgentarAsia, Artesano, Baonong Trading, Biogénesis-Bagó, Corven Motors, Pan American Business Consulting, El Gaucho; Fed Trading, Foda Sourcing, Sino-Argentina Garruchos, Hongjie Trading, Pehuen Consulting, Stokes Food, Tango Cool, Terragene y Huizhou Huanshi Business.
Circunstancias geopolíticas
La creciente implementación del yuan renminbi en las diversas operaciones financieras en la Argentina guarda relación con ciertas circunstancias geopolíticas que, como consecuencia, derivan en el estrechamiento de los vínculos comerciales y políticos con el país asiatico.
No es un caso aislado, ya que si bien el dólar sigue representando casi el 90% de las transacciones a nivel mundial, el avance del yuan llevó recientemente a que se convirtiera en la segunda moneda con mayor presencia en las reservas internacionales del Banco Central de Brasil, tras desplazar al euro. Además, en abril se conoció que el yuan sustituyó al dólar como la divisa más negociada en Rusia.
China, erigida como el principal mercado de consumo del mundo a partir del impulso del crecimiento de la capacidad adquisitiva de su población, debido al alza del ingreso per capita (+8,1% anual); es señalada en sus intereses como una economía complementaria con la región del Mercosur, considerada como la principal plataforma de producción de proteínas del siglo XXI.
Esta situación se refleja estadísticamente. En 2022, China fue el principal origen de importaciones argentinas, por un valor de 17.500 millones de dólares, y el segundo destino principal de las exportaciones nacionales, por un valor de 8.000 millones de dólares en transacciones. Estos resultados dejaron como saldo un déficit de 9.700 millones de dólares para el lado argentino.
A su vez, el año pasado el gobierno firmó oficialmente la adhesión al proyecto de la Franja y la Ruta, una iniciativa impulsada por la República Popular China desde 2013. El entendimiento contempla la rúbrica de acuerdos que garantizan financiamiento para inversiones y obras por más de 23.700 millones de dólares. La iniciativa surge con el objetivo de potenciar los vínculos de la economía china con el resto del mundo a través de la creación de rutas comerciales mediante proyectos de inversión en infraestructura, energía y tecnología.
La expresión “Franja” refiere a las rutas terrestres propuestas para el transporte por carretera y ferrocarril a través del Asia Central sin salida al mar, a lo largo de las famosas rutas comerciales históricas de las regiones occidentales que constituían la antigua Ruta de la Seda; mientras que “Ruta” hace referencia a las rutas marítimas del Indo-Pacífico a través del sudeste asiático hasta el sur de Asia, Oriente Medio, África y América Latina.
El mal menor
De esta forma, lejos de asimilarse como una decisión soberana, la adopción del yuan se circunscribe a la situación de dependencia que sigue ponderando la urgencia coyuntural en detrimento de una estrategia propia, en el marco de una democracia de mercado que nos invita a militar el “mal menor” como única salida hacia un destino todavía incierto.
En una reunión de la Cámara de Construcción (CAMARCO), el ministro Massa, ya investido en su candidatura como presidente por el frente de Unidad por la Patria, señaló la continuidad del Fondo Monetario Internacional al timón del gobierno: “Una obsesión que tiene que tener el próximo presidente, el que sea: el programa exportador, juntar todos los dólares que Argentina necesita para pagarle al Fondo”.
Esta vía del posibilismo imposible fue ratificada incluso por la vicepresidenta Cristina Fernandez en el marco del acto de recuperación del avión Skyvan PA-51 (utilizado en los llamados “Vuelos de la muerte” de la última dictadura militar), en donde invitó a la resignación para legitimar la candidatura del actual ministro de Economía: “la política en un instrumento de transformación, de cambio y, en todo caso, si todavía no podés transformar, por lo menos de tranquilizar”.
Lejos de tranquilizar, el recrudecimiento de la situación de incertidumbre en la que nos encuentra la coyuntura debe convocarnos a la creación de otro escenario aún más allá de la elección de a quién pagarle el fruto de nuestros recursos y nuestro trabajo. El yuan renminbi, como el dólar, o cualquier otra moneda, no transformarán la situación de dependencia si no se desatan los grilletes de la producción de ganancias, que encuentran en la deuda y el interés financiero su nudo central.