Entrevista a Cesár Soberón, de la Central de Trabajadores de Perú (CGTP): “Por encima de nuestra libertad personal, y aún de nuestras propias vidas, está la causa por la que luchamos que va a trascender sin duda a la dictadura”.
¿Cuál es el contexto que se vive en Perú?
El Perú vive un contexto económico, político y social complejo. Atravesamos un escenario de incertidumbre política. El gobierno no goza de legitimidad, no representa y en el caso del Congreso pasa lo mismo con un nivel de rechazo de más del 90%. Entonces no es un gobierno aceptado por el pueblo, salvo para algunos sectores que hoy están viendo sus intereses a partir de quienes gobiernan.
Las movilizaciones que se vienen dando desde el 7 de diciembre del año pasado evidencian la voluntad popular contra este gobierno dictatorial encabezado por Dina Boluarte, con el respaldo del Congreso de la República y los grupos de poder económico, como la CONFIEP, por ejemplo, que es quien está detrás de toda esta estructura política.
En ese marco, ¿cuál es la situación de la clase trabajadora?
La situación de los trabajadores es bastante complicada. Por ejemplo, hace poco, se ha cerrado la negociación colectiva de trabajadores del sector público, pero para llegar a la solución ha tenido que pasar muchas peripecias. El propio Gobierno intentó desconocer la representación de los trabajadores del sector público. Y promovió la imposición de gremios aliados del gobierno en la negociación colectiva de los trabajadores del Estado.
Felizmente, la unidad estatal de los gremios afiliados afines a la CGTP, logró que se respete la representación de los trabajadores y se ha logrado la solución de un convenio colectivo, que si bien es cierto, no responde a todas las necesidades de los trabajadores, le ha arrancado a la dictadura algunos derechos muy importantes necesarios de atender y sobre todo mejoras en las condiciones de trabajo.
Desde el propio Estado se ha abandonado la defensa, por ejemplo del Decreto 001 del 2022, que establece las limitaciones para la aplicación de la tercerización laboral. La propia sindicalización también está siendo objeto de ataques desde grandes empresas como Backus (empresa monopólica del sector de bebidas).
Tras el derrocamiento de Castillo, y la llegada de Boluarte al gobierno, ¿qué sectores han salido “victoriosos”, y quienes han “retrocedido” en el país?
Después del derrocamiento de Castillo, los que se han visto beneficiados son los sectores empresariales de la derecha extrema que se aúpan en el Congreso de la República y que desde hace mucho tiempo ya están haciendo un conjunto de movidas para tomar el control de todas las instituciones del Estado.
Su intención es hacerse de todos los poderes del Estado para que no tengan ninguna forma de oposición y puedan manipular a su antojo las elecciones y los procesos judiciales de los que están siendo investigados, muchos de ellos por organización criminal, partidos políticos que son fachada de grupos criminales entre otras cosas.
Quienes están siendo afectados son sobre todo las comunidades campesinas originarias quienes estaban viendo en la posibilidad de una segunda reforma agraria, mejorar sus condiciones de vida y mejorar las posibilidades que tienen de desarrollo. Las regiones del sur están siendo golpeadas por el aparato represivo del Gobierno a través de las fuerzas armadas de la Policía que ya cuenta con 70 muertos, y también afectados por el acceso a proyectos de desarrollo de la región.
Podrías comentar el panorama de los 10 días de protesta que se están convocando tras el Primer Encuentro Nacional de Regiones y del Pueblo Organizado. ¿Participa allí la CGTP?
La articulación de las organizaciones políticas, sociales y gremiales del Perú, en el Encuentro Nacional de Organizaciones, que se dio en Puente Piedra, una ciudad de Lima, los días 1 y 2 de julio, acordó en primera instancia acatar una jornada nacional de lucha para el 19 de julio conmemorando el histórico paro del 19 de julio del 1977 que generó la caída de la dictadura de ese entonces.
En ese contexto se intenta emular la acción de lucha, pero se entiende esta jornada como el inicio de un proceso de luchas que tiene que culminar con la caída de la dictadura y el retorno de la democracia en el país con un nuevo Congreso, con un nuevo gobierno y con una amplia participación del pueblo en todas sus formas de organización.
¿Cuáles son los desafíos actuales del movimiento sindical peruano?
Para nosotros el primer desafío más importante es extender la influencia del movimiento sindical a todos los trabajadores y trabajadoras. Segundo generar los espacios necesarios para la formación de conciencia sobre la necesidad de fortalecer el movimiento sindical. Eso implica la mayor participación de jóvenes, mujeres, e implica que se entienda que la clase trabajadora debe participar activamente en política, pero una política que empiece cuestionando la situación en la que estamos como país.
Pasar con más fuerza del plano de lucha reivindicativa al plano de la lucha política para tener un país en democracia que permita garantizar el ejercicio de los derechos socio laborales en el Perú. En esta coyuntura también es importante señalar que uno de los principales desafíos es la caída de Dina Boluarte, porque no amenaza los derechos de la clase trabajadora.
Tenemos la claridad, como lo señalaba Pedro Huilca en su momento, que por encima de nuestra libertad personal y aún de nuestras propias vidas, está la causa por la que luchamos que va a trascender sin duda a la dictadura y va a trascender sin duda a sus operadores inmediatos.
¿Algunas reflexiones finales?
Finalmente como CGTP nos queda hacer un llamado a las organizaciones solidarias de la región, a la comunidad que va a escuchar este programa, para que reciban la información permanentemente de la lucha del pueblo peruano en cualquier en cualquier de sus formas.
Lo importante está en que se pueda difundir la lucha que estamos librando acá por el retorno a la democracia por el respeto a los derechos fundamentales del pueblo y la clase trabajadora porque sabemos como dijo Mariategui, que las masas reclaman esta unidad. Nosotros estamos convencidos de que se está trabajando, con sus particularidades, pero esta unidad debe dar paso a nuevas formas de lucha que permitan lograr justamente este objetivo.
Llegará el momento en que podamos decir que el Perú quedó libre del neofacismo, de las huestes de la derecha más reaccionaria que nos ha tocado y podrá empezar a caminar hacia una democracia verdaderamente representativa y una democracia que construya un proyecto de país pensado en todos los peruanos y sus necesidades y aspiraciones.