Entrevista a José Villa, trabajador metalúrgico del Grupo Techint.
¿Qué lectura tenes sobre la posición actual de la clase trabajadora?
La situación general no está bien y lamentablemente no se ha logrado generar una propuesta política que satisfaga a la gran mayoría de la gente. Particularmente con las elecciones, lo que yo noto, en una primera lectura, es que cualquier camino dentro de las propuestas vemos que vienen por los derechos de los trabajadores.
Hay una cuestión que se definió arriba, en el grupo de poder, y es el ajuste. Esta deuda infernal que dejó Macri y lamentablemente este gobierno no denunció y no se plantó con fuerzas ante el FMI, hoy lo sufre la mayoría del pueblo. Esa tibieza juega en contra porque lamentablemente las necesidades de la clase trabajadora están a la orden del día y el sueldo no alcanza. Más salvaje, menos salvaje, el planteo es el ajuste y a partir de eso es cómo se manejaron los candidatos.
Creo que hay que plantearse que se viene un tiempo muy difícil donde necesariamente vamos a tener que organizarnos para defender nuestros derechos.
Sobre la necesidad de la organización, ¿cuál es el estado actual del movimiento sindical en el país?
Hay que retomar el planteo de la organización sindical, plantarse y realmente defender los derechos de los trabajadores para que no nos vuelen de un plumazo. Creo que no es momento de tibieza, ni de aceptar cualquier explicación cuando vienen por los derechos, por las conquistas, es momento de plantarse junto a los compañeros de manera organizada.
El hecho de que en los últimos años no se haya realizado ni un paro general por parte de las centrales sindicales, ¿influyó en la fuerza de los trabajadores?
Claramente, no hay porque negarlo, ni ocultarlo, eso fue un hecho concreto de la realidad el pensar que únicamente con diálogos se podría llegar a resolver los problemas y evidentemente la realidad mostró que eso no es así. Hubo sindicatos dentro de la misma CGT que dieron peleas, que consiguieron mejorar el salario, mejorar las condiciones de trabajo, no fueron los más, por supuesto, pero mostraron que había un camino distinto.
Dos de los triunviros no quieren dar la pelea, y Moyano ha mostrado una posición distinta. Pero creo que tendríamos que haber caminado por otro lado para conseguir más fuerza, marchar con los trabajadores, mostrar el poder de fuego que tiene la clase obrera. Eso es una enseñanza que nos deja este tiempo y que tenemos que tratar de aprender.
¿Cuáles son las perspectivas de la organización sindical hacia delante?
Debe haber un trabajo muy de abajo para arriba, de democratización, de compromiso, un cambio de paradigma, de modificar y pensar en lo colectivo. Es necesario recuperar esos estándares de lucha que ha tenido la clase obrera sindicalizada, las luchas que se han dado en las fábricas durante muchos años y que han conseguido conquistar derechos. No hay que negar la posibilidad de diálogo, pero una cosa es el diálogo y otra cosa es la entrega, y eso ha quedado muy claro en este último tiempo.
Durante estos años, los metalúrgicos de Valentin Alsina han sido protagonistas de luchas contra su patronal, el Grupo Techint…
Nosotros en la fábrica hicimos asambleas, con esto no estoy diciendo que está todo bien, estoy diciendo que estamos peleando. Techint avanza y quiere mayor flexibilidad, quiere que el trabajador baje la mirada, que se calle la boca y acepte. Ese grupo ha crecido a costa de un sacrificio enorme de los compañeros. Estando después de tantos años en este lugar de trabajo y ver todo el recorrido, considero que el Grupo Techint ha crecido sobre la base de la mayor explotación, la mayor precarización.