Luego de la reelección de Ali Bongo Ondimba, presidente desde el 2009, una junta militar lo destituyó y asumió el gobierno.
El miércoles pasado, tras la victoria con el 65% de Ali Bongo Ondimba en las elecciones en Gabón, un grupo de doce militares anunciaron por televisión “el fin del régimen actual”, la anulación de las elecciones y la disolución de “todas las instituciones”.
Tras advertir que un “deterioro continuo de la cohesión social” amenaza con “llevar al país al caos”, la junta anunció que las fuerzas decidieron “defender la paz poniendo fin al régimen actual” y generar un gobierno de “transición”. Tras el hecho, miles de manifestantes salieron a las calles para mostrar apoyo al nuevo gobierno militar.
El Consejo de Paz y Seguridad de la Unión Africana (UA) anunció en X que decidió “suspender inmediatamente la participación de Gabón en todas las actividades de la UA, sus órganos e instituciones”.
Gabón es una de las mayores potencias petroleras del África Subsahariana y el segundo máximo productor de manganeso, un mineral que es clave para la producción de acero y de baterías para vehículos eléctricos. Tras el golpe, la minera francesa Eramet, que explota el mineral en el país, detuvo parcialmente sus operaciones.
Este suceso se registra como el noveno golpe militar ejecutado en África desde comienzos del año 2020. De esta forma, se suma a los alzamientos en Mali, Burkina Faso, Sudán, Guinea, Chad y Níger. Este último, ocurrido durante el mes pasado.
Situación en Níger
Tras un mes del inicio del gobierno militar en Níger, la junta militar decidió expulsar a los embajadores de Francia, Estados Unidos y Alemania, acusando a estos Estados de atentar contra los intereses de Níger.