El país es el séptimo productor del metal en el mundo y el segundo dentro de África.
El 3 de septiembre, la junta militar nigerina decidió la suba del precio del kilogramo de uranio, el cual pasó de costar 0,84 dólares a 214, valor que equipara el propuesto por otros países como Canadá.
Antes del golpe de Estado, el precio era fijado por presión del gobierno de Francia, quien importaba en 2022 del país africano más del 20% del uranio utilizado para la producción de energía nuclear. Esto suponía una valoración inferior a la fijada por el mercado internacional, en donde el promedio del precio del kilogramo ronda en los 100 dólares.
Níger es el séptimo productor de este metal a nivel mundial y el segundo en África. Dentro del territorio, la empresa francesa Orano controla el 63,4% de la explotación del uranio, el 36,6% restante corresponde a la compañía estatal Níger Sopamín.