El encuentro de la semana pasada, supone el primero entre ambos mandatarios desde el 2019.
En la ciudad rusa de Vladivostok, los jefes de Estado de Rusia y Corea del Norte se reunieron el martes 12 de septiembre luego del arribo de Kim Jong-Un en un tren blindado.
Según la Agencia Telegráfica Central de Corea, medio estatal norcoreano, en el encuentro se discutió el “fortalecimiento de la cooperación estratégica y táctica entre los dos países y la prestación de un fuerte apoyo y solidaridad en un frente común para contrarrestar las amenazas militares y provocaciones de los imperialistas”.
Tras el encuentro, Vladimir Putin planteó la posibilidad de ayuda rusa para la construcción de satélites norcoreanos: “Por eso vinimos aquí. El líder de Corea del Norte muestra un gran interés en la tecnología de cohetes. Están tratando de desarrollar su programa espacial”.