La medida de fuerza impulsada por la UAW fue la primera realizada en conjunto por trabajadores de Ford, General Motors y Stellantis.
El 15 de septiembre, la United Auto Workers (UAW), que reúne a los trabajadores de las tres grandes automotrices de Detroit, decidió iniciar una huelga para demandar mejoras salariales, pensiones, la reducción de la jornada laboral y sindicalización.
Según lo informado por la UAW a través de Twitter, el 97% de los afiliados que trabajan en Ford, General Motors y Stellantis, cerca de 150.000 empleados, votaron positivamente para iniciar la medida de fuerza.
El presidente del sindicato, Shawn Fain, anunció que el paro se extendería a otros establecimientos a lo largo del país en caso de que las empresas no escucharan las demandas de la UAW. En este sentido, 15.000 trabajadores, de la planta de Ford en Michigan, de la General Motors en Missouri y de Stellantis en Ohio, también se sumaron a la medida.
En particular, la UAW reclama una suba salarial del 46% en cuatro años en contrapartida al 20% ofrecido por las empresas, la reincorporación de las pensiones tradicionales eliminadas en negociaciones previas, la sindicalización de trabajadores de las fábricas que producen baterías y la reducción de la jornada laboral de 40 a 32 horas semanales.
En represalia contra las huelgas, las tres empresas han despedido a miles de trabajadores en Detroit y en otras plantas del país.
Durante una de las manifestaciones, Joe Biden, presidente de EE.UU., se presentó en Detroit y dio “su apoyo” a la huelga. En este marco expresó: “Wall Street no levantó este país. Lo hizo la clase media. Lo hicieron los sindicatos. Eso es un hecho”. “Se merecen el aumento significativo que reclaman” añadió.