Las recientes tensiones en torno al abastecimiento de combustibles atraen las miradas hacia el proyecto de Vaca Muerta, que atraviesa un periodo de producción récord.
“Venimos en récord de producción de gas y petróleo, de inversión en hidrocarburos. Pero con el resultado electoral alguno pensó que la incertidumbre le ponía un freno al sector. No queremos que se pare de generar empleo y de perforar para producir”. Con este ímpetu, el candidato y ministro de Economía, Sergio Massa, anunció a fines de septiembre desde Vaca Muerta, un nuevo tipo de cambio especial para las exportaciones del sector de hidrocarburos.
Pero a su vez, durante los primeros días de octubre, Guillermo Lego, gerente general de la Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos y Afines (CECHA) advirtió acerca del faltante de combustible en algunas provincias. “Este panorama está generando una creciente inestabilidad en las estaciones de servicio, que por las distorsiones del mercado, y ante la existencia de precios dispares, produce un efecto derrame de la demanda de unas estaciones a otras de distinta bandera, llevándonos a un quiebre de stock”, explicó.
En ese marco, pese al congelamiento de precios que acordó el Gobierno con empresas petroleras hasta fin de mes, la estatal YPF aumentó sus precios de la nafta y el gasoil alrededor de 3%. Con el correr de los días, entidades de transporte y productores rurales, fueron alzando la voz denunciando el agravamiento del faltante, llegando al punto de afectar el consumo particular en las estaciones de servicio, provocando que la CECHA se exprese nuevamente para hacer un llamado a la “ciudadanía” a “mantener la paz social en nuestras estaciones, evitando generar una catarsis colectiva, que sólo redundaría en una mayor presión sobre los surtidores, dilatando el proceso de normalización”.
También se registraron marchas y protestas de algunas entidades agrarias en diferentes puntos de la provincia de Buenos Aires, como en San Antonio de Areco, con reclamos por la normalización del suministro en época de días para la siembra.
Con la Vaca atada
La producción del “crudo” en el país se explica prácticamente por cinco empresas que concentran más del 80%. Según datos de abril del Instituto Argentino de Petróleo y Gas (IAPG), Argentina produjo un promedio diario de 100.347 metros cúbicos de petróleo, de los cuales, 48.776 m3 corresponden a áreas controladas por YPF, lo que equivale al 48,87% del total.
La sociedad accionaria de YPF está compuesta en un 51% por el Estado Nacional, mientras que el 49% restante es propiedad de grandes fondos de inversión y bancos internacionales, como BlackRock, State Street Corporation, Morgan Stanley, Goldman Sachs Group, entre otros.
Con 17.002 m3, o el 17%, la sigue Pan American Energy (PAE), sociedad perteneciente a Bridas Corporation y British Petroleum. El podio se completa con Vista Oil & Gas, la firma fundada por Miguel Galuccio (ex CEO de YPF), representando un 6,47% del total. La cuarta productora de petróleo es PlusPetrol, con 4.606 m3 por día, un 4,61% del total y el quinto es Shell, vinculada a los fondos BlackRock y Vanguard, con 4.540 m3 y una participación del 4,55%.
Por otro lado, la producción nacional durante los primeros seis meses del 2023 alcanzó la cifra de 17.982.610 m3, un valor que significó un 10,24% más en relación al mismo período del 2022, cuando se extrajeron 16.312.629 m3. El mejor registro en 15 años, impulsado a partir de la explotación del cuarto yacimiento con mayores reservas de petróleo no convencional del mundo.
De acuerdo con los datos oficiales, el mayor nivel de producción de petróleo ocurrió en 1998, cuando se produjeron casi 847 mil barriles diarios. En lo que va de 2023, en promedio, se produjeron 624 mil barriles diarios.
Este crecimiento, que se viene profundizando desde el comienzo de la actividad de fracturas en Vaca Muerta en 2012, también ha generado la ampliación de la capacidad de procesamiento en plantas locales para la transformación de los hidrocarburos en productos combustibles, otro negocio dominado por un puñado de refinerías vinculadas a las mismas firmas que controlan el negocio de la extracción.
Las dos plantas más importantes pertenecen a YPF, ubicadas en La Plata y Mendoza, cuentan con una capacidad de producción de 201.280 y 128.945 barriles de petróleo diarios (bpd) respectivamente. La tercera en importancia es la que Shell tiene en Dock Sud, Buenos Aires, con posibilidad de obtener 110.000 bpd. Le sigue la planta que Axion Energy (de PAE) tiene en Campana, Buenos Aires, con margen para refinar 94.000 bpd.
Finalmente, el mercado de comercialización a través de los surtidores de las 5.274 estaciones de servicio activas, está liderado por la red de YPF con 1.606; 843 de Shell; 566 de Axion; y 336 de Puma, perteneciente a Trafigura, multinacional también presente en el negocio de las refinerías. El mapa lo completan Dapsa (152), Refinor (77); Gulf (88), Voy con Energía (21), Oil (1) y 1.584 bocas de expendio de las líneas blancas.
Normalización y especulaciones
Frente al creciente malestar, las principales empresas del sector: YPF, Axion, Trafigura y Raizen (licenciataria de Shell) emitieron un comunicado conjunto en el que indicaron que la situación “se irá normalizando en los próximos días”, justificando que se generaron “niveles extraordinarios de demanda, especialmente en los últimos 15 días -fin de semana largo, elecciones donde se produce un pico de movilidad de personas, inicio de la siembra agrícola, entre otros; una dependencia mayor a la habitual de importaciones de combustibles por paradas programadas en algunas refinerías; y más recientemente, una sobredemanda generada por una expectativa de desabastecimiento”.
Por su parte, Flavia Royon, secretaria de Energía, explicó que “ya se bajaron dos barcos y se está bajando el tercero para solucionar este pico de demanda que hubo por las elecciones, etc. Esto no es inmediato. Ya está funcionando, pero la logística para que llegue a cada punto puede demorar dos o tres días”.
A pesar del intento de poner paños fríos, Massa ensayo un cambio de tono y señaló a las petroleras, acusandolas de haber realizado una retención de stock. “Si el martes a las 12:00 de la noche no está resuelto el abastecimiento de combustibles, desde el miércoles no van a poder sacar un barco de exportación porque primero el petróleo de los argentinos es de los argentinos”, comunicó el ministro.
A su vez, los trabajadores petroleros de la cuenca nucleados en el Sindicato de Petróleo y Gas Privado de Río Negro, Neuquén y La Pampa convocaron a un paro para denunciar que operadoras, refinadoras y exportadoras “están incumpliendo la Ley 17.319 que propugna el autoabastecimiento y permite exportar los saldos con importantes beneficios”. Y calificaron como “un sinsentido” que “se hable de récords de producción y al mismo tiempo no haya naftas”. La medida finalmente fue suspendida tras el compromiso empresario de normalizar la venta minorista.
De todas formas, el Gobierno definió seguir beneficiando a las firmas al postergar el aumento de los impuestos que impactan en el precio de los combustibles que estaba previsto para este mes para febrero de 2024. Y por si fuera poco, las empresas petroleras aplicaron nuevos aumentos de entre 7,6 y 9,6% en promedio. Así, los precios se incrementaron en el año alrededor de 74%.
Con la situación de abastecimiento ya normalizada, y en el marco previo al ballotage, Massa afirmó en una entrevista por canal de televisión LN+ que –si Javier Milei gana las elecciones– el precio de la nafta “se irá a 800 pesos por litro”. “La gente tiene que elegir si pagar $800 o $350. Eso es elegir el modelo en que queremos vivir”, advirtió añadiendo que “no es una amenaza, no soy un señor que anda con un garrote”. Desde la asunción de Alberto Fernandez, el precio de la nafta super creció desde los $53 por litro hasta los actuales $272.
El proyecto Vaca Muerta se propone desde el Gobierno y los organismos multilaterales como una de las grandes apuestas para solucionar los principales cuellos de botella para el “desarrollo” del país: la deuda, la restricción externa y la crisis energética. Sin embargo, pese a la producción récord y su incidencia en la reducción de las importaciones energéticas, la continuidad de la explotación de los recursos naturales se sostiene a través de la continua inyección de fondos financieros, subsidios estatales y marcos de incentivos que incluyen exenciones fiscales y libre movilidad de capitales contenidos en el proyecto de Ley de Régimen de Promoción de Inversiones Hidrocarburíferas (17.319) presentado por el Gobierno en el Senado en 2021.