Argentina recibirá 400 millones de dólares para financiar la asistencia alimentaria.
En la reunión del Directorio del Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe (CAF) celebrada entre el 6 y 7 de marzo en Punta Cana en la República Dominicana (país que asume la presidencia del directorio durante un año) se aprobaron créditos para Argentina, Bolivia, México y República Dominicana que totalizan desembolsos por 1.140 millones de dólares para la región.
Los 400 millones de dólares de deuda que tomará Argentina serán destinados a “apoyar la ejecución del programa de asistencia alimentaria Prestación Alimentar”. Según la comunicación oficial, el mismo tiene como “beneficiarios” a “familias en situación de vulnerabilidad social, aproximadamente a 4 millones de personas, entre ellos madres o padres con hijos e hijas de hasta 14 años, embarazadas, personas con discapacidad y madres con 7 hijos o más que reciben una pensión no contributiva”, informó la entidad.
Además los créditos incluyen 240 millones de dólares para mejorar la seguridad hídrica en Bolivia, 300 millones de dólares para México, que se convierte en el primer país accionista de CAF en recibir la nueva modalidad de Préstamo Integral Vinculado a Objetivos Climáticos y Sociales (PIVOCS), para vincular las condiciones financieras al cumplimiento de compromisos en acción climática e igualdad de género; y 200 millones de dólares a la República Dominicana para fortalecer la adaptación y resiliencia climática.
Para el BID es hora de despegar
En relación a la actividad económica en América Latina y la región, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), publicó recientemente un informe titulado “¿LISTOS PARA DESPEGAR? Aprovechar la estabilidad macroeconómica para el crecimiento”.
Alli, el organismo evalúa que “como resultado de los esfuerzos de ajuste fiscal en la región, la deuda pública está disminuyendo y se acerca a niveles anteriores a la pandemia. Entre 2020 y 2023, el país promedio experimentó una disminución de 11 puntos porcentuales en el ratio deuda/PIB. Sin embargo, la reducción en 2023 fue menos marcada que la de los dos años anteriores, con una disminución promedio de 1,6 puntos porcentuales del PIB, en contraste con los 4,6 puntos porcentuales en 2021 y 2022”.
Entre los motivos sostiene que “la desaceleración de la reducción de la deuda refleja una combinación de factores, incluyendo un crecimiento más lento del PIB debido a la desaceleración económica y tasas de inflación más bajas condicionadas por la política monetaria predominante”.