Los sectores conservadores y nacionalistas ganaron escaños en el parlamento pero aún se mantiene la mayoría para los partidos cristianodemócratas, socialdemócratas y liberales.
Entre el 6 y el 9 de junio se realizaron las elecciones para el Parlamento Europeo, el máximo órgano de decisión política dentro de la Unión Europea integrado por representantes de todos los países miembros.
En Alemania, la Democracia Cristiana -CDU/CSU- volvió a ser la fuerza mayoritaria, sosteniendo las 29 bancas que había obtenido en 2019. La sorpresa fue la pérdida de escaños en los verdes (de 22 bancas a 12) y en la socialdemocracia -SPD- (de 16 a 14 bancas) y el crecimiento de Alternativa para Alemania -AfD-, partido con incidencia en el este alemán, que se ubicó como segunda fuerza más votada alcanzando los 15 escaños -4 más que en 2019-.
En Italia, “Fratelli d’Italia”, el partido del gobierno de Giorgia Meloni, se posicionó como primera fuerza, aumentando la cantidad de escaños de 10 a 24 parlamentarios.
En España, el Partido Popular aumentó de 13 a 22 bancas, mientras que el PSOE de Pedro Sanchez logró mantener sus 20 escaños. Vox obtuvo 6 bancas, 2 más que en las elecciones pasadas.
A pesar del aumento de las bancas de los partidos de la llamada “alt-right” o “nuevas derechas”, lo cierto es que las fuerzas “centristas” lideradas por la democracia cristiana, socialdemócratas y liberales seguirán teniendo una mayoría dentro del Parlamento.
El caso de Francia
En el país galo, la Agrupación Nacional, el partido de Marine Le Pen, obtuvo más del doble de la cantidad de escaños conseguidos por la coalición “Juntos” que encabeza el partido de Emmanuel Macron -30 y 13 bancas respectivamente-.
Tras los resultados electorales, Macrón anunció la disolución de la Asamblea Nacional para convocar a nuevas elecciones. “Firmaré dentro de unos momentos el decreto convocando las elecciones legislativas, que se celebrarán el 30 de junio para la primera vuelta y el 7 de julio para la segunda”, declaró el Jefe de Estado.