La organización se comprometió a apoyar a Ucrania y fortalecer las relaciones con sus aliados del Indo-Pacífico. China se opuso a las “incursiones hacia el este”.
Entre el martes 9 y el jueves 11 de julio, se realizó la 75° cumbre de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en Washington, EE.UU.
El conflicto ruso-ucraniano y la ayuda económica y militar a Ucrania fue uno de los tópicos centrales. En este sentido, los miembros de la organización se comprometieron a enviar 40.000 millones de euros en ayuda militar. A ello se sumó la declaración de intención de EE.UU., Países Bajos y Dinamarca de proporcionar aviones F-16.
Asimismo, en la “Hoja informativa” provista por el Departamento de Estado de EE.UU., se menciona que otros temas abordados en la reunión fueron el aumento del gasto en defensa y el fortalecimiento de la industria militar, el robustecimiento de las alianzas mundiales -poniendo especial énfasis en los aliados del Pacífico-, la preocupación por el posicionamiento de China y Corea del Norte respecto a Rusia, el desarrollo de políticas de ciberdefensa, y el combate contra el terrorismo.
El llamado a fortalecer las asociaciones globales y la presencia en el Indo-Pacífico generó la respuesta del portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores chino, Lin Jian, quién denunció en conferencia de prensa que la OTAN “ha traspasando sus límites, expandiendo su mandato, avivando la confrontación y tomando acciones dominantes e intimidatorias de forma desenfrenada”.
Repudiamos “los intentos de la OTAN de utilizar a China como excusa para hacer incursiones hacia el este en Asia-Pacífico y perturbar la situación regional”, añadió Lin.