Alrededor de 200 asesinados y 2500 detenidos fue el saldo de la represión de las protestas que duraron aproximadamente una semana.
Bangladesh, un país sudasiático ubicado al este de la India, ha sido escenario de intensas protestas estudiantiles en las últimas semanas. El descontento estalló en las ciudades de Daca, Chittagong, Jahangirnagar y Rangpur cuando el gobierno, en concordancia con un fallo de la Corte Suprema, anunció la reintroducción del sistema de cuotas para el empleo público.
Este sistema, que reserva el 30% de los puestos para los descendientes de los héroes de la guerra de independencia de 1971, había sido suspendido en 2018 tras una ola de protestas similares.
La respuesta gubernamental a estas manifestaciones fue brutal: durante el fin de semana, se decretó un Estado de Sitio que incluyó cortes en las telecomunicaciones y censura digital, mientras que se llevaron a cabo detenciones y persecuciones de militantes que participaron de las movilizaciones. La violencia desatada por las fuerzas militares dejó al menos 200 muertos y más de 2000 heridos, sin lograr frenar la movilización.
El 23 de julio, tras una semana de protestas, el Tribunal Superior ordenó reducir las cuotas del 30% al 5%, mientras que el gobierno decretó un feriado para intentar descomprimir la tensión con los manifestantes que continuaban las protestas.
Sin embargo, el conflicto sigue vigente. Amnistía Internacional denunció que existieron violaciones de derechos humanos y represión de la libertad de expresión y reunión, además de que se registraron alrededor de 2500 detenidos, muchos de los cuales continúan en esa situación.
El sistema de cuotas fue creado en 1972 por Sheikh Mujibur Rahman para beneficiar a los descendientes de los luchadores por la independencia. Luego de décadas de implementación, en la actualidad los manifestantes denuncian que se ha convertido en un mecanismo de control político y financiación del partido gobernante, la Liga Awami, que preside el país desde hace 20 años.