Estados Unidos envió tropas y armas ante la posibilidad de una escalada del conflicto luego del asesinato de los líderes de Hamas y Hezbolá.
El 30 de julio, durante una serie de bombardeos en Beirut, capital del Líbano, llevados a cabo por Israel, fue asesinado el comandante de Hezbolá, Fuad Shukr. Un día después, Ismail Haniyeh, líder político de Hamas -agrupación que gobierna en el territorio de Gaza-, fue asesinado junto a su guardaespaldas en una residencia protegida por la Guardia Revolucionaria Islámica en Teherán, capital de Irán.
Tras los atentados, el director de comunicaciones de la presidencia turca, Fahrettin Altun, denunció que “Israel está arrastrando a nuestra región a una mayor agitación mediante asesinatos y acciones encubiertas destinadas a acabar con cualquier posibilidad de paz. El asesinato de Ismail Haniyeh es el último ejemplo de terrorismo patrocinado por el Estado en flagrante violación de la soberanía estatal de otro país”
Por su parte, el ministro interino de Relaciones Exteriores de Irán, Ali Bagheri Kani, expresó a través de un posteo de X que “Irán condena en los términos más enérgicos posibles este aborrecible acto criminal y enfatiza su derecho a responder a este acto agresivo y provocativo como lo considere apropiado”.
Estados Unidos aviva el fuego
En un contexto de escalada de las disputas entre Israel y otras naciones de Medio Oriente y la región, Estados Unidos decidió reforzar su presencia militar en la zona.
El 2 de agosto, dos días después de la confirmación de la muerte de Haniyeh y Shukr, la secretaria de prensa adjunta del Pentágono, Sabrina Singh, declaró que “se desplegarán más capacidades militares defensivas en Medio Oriente para reforzar la protección de las fuerzas de Estados Unidos en la región y defender a Israel”.
“El despliegue será en respuesta a las amenazas de Irán y de las milicias respaldadas por Irán”, expresó Singh.
Entre las fuerzas desplegadas en la región por parte de EE.UU., se destaca el envío de buques, destructores y aviones caza, según destacó el Departamento de Defensa norteamericano.
Cabe resaltar que unos días antes, el 24 de julio, Benjamín Netayuahu declaró ante el Congreso estadounidense: “La rápida ayuda militar estadounidense puede acelerar dramáticamente el fin de la guerra en Gaza y ayudar a prevenir una guerra más amplia en el Medio Oriente”.