El secretario de Estado de EE.UU. inició una gira dónde concretó acuerdos para contrarrestar la presencia de China en la región.
El secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, dio comienzo a sus funciones diplomáticas en un recorrido por Panamá, El Salvador, Costa Rica, Guatemala y República Dominicana, con el objetivo de reforzar las fronteras contra la inmigracion, la lucha contra el narcotráfico y el control de la influencia de China en América Latina.
Rubio escribió en su cuenta de X tras su arribo a la capital panameña que trabaja para “fortalecer nuestra seguridad nacional, proteger nuestras fronteras y mejorar la prosperidad económica de los estadounidenses”..
Además, como otro de sus objetivos de agenda, expresó la intención del presidente Trump de retomar el control del Canal de Panamá, que había sido entregado a las autoridades panameñas en 1999 por medio del tratado Torrijos-Carter firmado en 1977.
El Canal de Panamá es una vía artificial de 82 km que cruza el istmo de Panamá el cual conecta el Océano Atlántico con el Pacífico y es un componente esencial en el transporte marítimo global. Según la administración del canal, Estados Unidos, con el 67% de la carga, y China, con el 16%, son los principales usuarios de la vía.

El presidente panameño, José Raúl Mulino, en una rueda de prensa luego de la reunión con el Secretario de Estado, expresó que “el canal pertenece a Panamá” y no es negociable.
Después de que Rubio advirtiera que la influencia china en el canal era “inaceptable” para Washington, el gobierno panameño accedió a no renovar su acuerdo de la Ruta de la Seda con China, una iniciativa de préstamos para promover y financiar proyectos de infraestructura y desarrollo.
Luego continuó su viaje por El Salvador, país con el cual firmó un acuerdo de “cooperación nuclear civil estratégica”. El presidente salvadoreño, Nayib Bukele, se ofreció a recibir a deportados nacionales y extranjeros para ayudar a Estados Unidos a externalizar su sistema de prisiones.
En Costa Rica, Rubio ofreció ayuda para combatir el narcotráfico y avanzar en la batalla tecnológica al limitar la operación de empresas chinas en el desarrollo del 5G en el país centroamericano.
“Una de mis prioridades es asegurar que la política exterior de EE.UU. es una política en la que es mejor ser amigo que enemigo; es mejor ser aliado que alguien que crea problemas”, subrayó durante una rueda de prensa conjunta con Rodrigo Chaves, el presidente de Costa Rica.
También arribó a Guatemala donde acordó el envío de ingenieros del Ejército estadounidense para la ampliación de los puertos, con el objetivo de posicionarse en lugares estratégicos.