Luego de enfrentamientos entre grupos guerrilleros, el presidente Petro moviliza tropas hacia la región fronteriza con Venezuela.
El 17 de enero grupos del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) se enfrentaron en distintas ciudades del Catatumbo, región fronteriza con Venezuela, dejando un saldo de más de 100 muertos, decenas de heridos, secuestrados y desplazados de la zona.
Al lunes siguiente el presidente Gustavo Petro declaró el estado de conmoción interior y emergencia económica para 16 municipios permitiendo al gobierno movilizar tropas y recursos a la región con el objetivo de contener el conflicto.
A través de un decreto de emergencia justificó que desde que comenzó el año se registraron 381 homicidios, incluyendo cinco firmantes del acuerdo final de paz entre el Gobierno y las guerrillas, y 36.137 personas desplazadas forzosamente.

En paralelo la Fuerza Armada Nacional de Venezuela inició el 31 de enero la “Operación Relámpago del Catatumbo” desplegando más de 5.000 efectivos a la frontera con Colombia. Según el ministro de Defensa venezolano, Vladimir Padrino López, el objetivo es controlar a todo grupo que pretenda usar al territorio venezolano “como plataforma de proyección de distribución de drogas”.
Por su lado, la Mesa Humanitaria y de Construcción de Paz del Catatumbo, un espacio conformado por decenas de organizaciones sociales y de DD.HH. de la región, hizo un “llamado a desescalar el conflicto armado y al cese de hostilidades”. Además exigió al gobierno “la implementación de mecanismos de protección a la población civil”.

Transcurridas varias semanas del conflicto, el 6 de febrero, el gobierno de Colombia avanzó en otras medidas de carácter económico, como por ejemplo el decreto 132, con el que se pretende limitar los servicios de abastecimiento de combustibles en la región aludiendo a que ello posibilita el funcionamiento del narcotráfico y las guerrillas en la zona.
El conflicto, con herencias provenientes de la década del 60, continúa abierto a pesar de los acuerdos de paz y las distintas instancias de conversaciones entre autoridades gubernamentales y las organizaciones que conforman las FARC, el ELN, entre otras.