A semanas de los enfrentamientos con Irán, el ejército israelí bombardeó el Ministerio de Defensa en la capital de Siria. También intensificó los ataques a Gaza y bloqueó la ayuda humanitaria.
La escalada bélica de los últimos meses en Medio Oriente ha dejado decenas de miles de muertos. El Estado de Israel, luego del ataque de Hamas en octubre del año pasado y la violación del “Escudo de hierro” por parte de misiles iraníes en abril, incrementó su ofensiva bélica en toda la zona.
Finalizada la “Guerra de los 13 días”, con la intervención de otros países, comenzó una tensa tregua, aunque la escalada continúa: la semana pasada el ejército israelí bombardeó el edificio del Ministerio de Defensa en Damasco, la capital de Siria.
El ataque fue realizado aparentemente sin el consentimiento de los EE.UU., ya que el secretario de Estado, Marco Rubio, en Washington, expresó preocupación y bregó para “que los combates paren, porque teníamos un alto el fuego que se rompió nuevamente”.
Por primera vez en la historia Irán atacó a Israel, quien respondió atacando la ciudad iraní de Isfahán.
El origen del ataque
El pasado 13 de julio, en la ciudad de Suwayda (o Sueida) al sur de Siria, milicias drusas chiítas y tribus beduinas sunitas (grupos étnico-religiosos de Medio Oriente) comenzaron enfrentamientos armados dejando un saldo de alrededor de 300 muertos, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).

En medio del conflicto, el ejército sirio movilizó arsenal hacia la ciudad para controlar el conflicto, cuestión impedida por el ejército de Israel que, bajo justificación de defender de las milicias drusas, atacó a los tanques, el transporte y los armamentos movilizados por Siria y posteriormente el edificio del Ministerio de Defensa.
El primer ministro, Benjamin Netanyahu, dijo en un comunicado el martes por la noche que Israel tiene “un compromiso de preservar la región suroeste de Siria como un área desmilitarizada en la frontera de Israel” y “la obligación de salvaguardar a la población drusa”.
El embajador de Israel ante la ONU, Danny Danon, declaró que el Consejo del organismo “debe condenar los crímenes bárbaros cometidos contra civiles inocentes en territorio sirio“. “Israel seguirá actuando con firmeza contra cualquier amenaza terrorista en sus fronteras, en cualquier lugar y en cualquier momento”, declaró.
Por su lado, el presidente sirio, Ahmed al-Sharaa, dijo que “la entidad israelí, conocida por sus repetidos intentos de desestabilizarnos y sembrar la división, busca una vez más convertir nuestra tierra en un campo de batalla del caos y desmantelar el tejido de nuestro pueblo”.

Las alianzas en contradicción
Luego del ataque, el gobierno sirio ordenó la retirada de las tropas de la región de Suwayda y se comprometió a reducir la escalada de violencia.
La “victoria” israelí tuvo sus reveses diplomáticos en tanto que, el viernes pasado, el ministro de Asuntos Exteriores sirio, Asaad Al-Shibani, se reunió en París con su homólogo de Francia, Jean Noel Barrot, y el enviado de Estados Unidos, Thomas Barrack, donde emitieron una declaración conjunta en apoyo a la parte siria.
Al cumplirse un año del inicio del conflicto armado en Medio Oriente, Israel profundiza y expande la crisis en la región.
Allí se comprometieron a garantizar “la unidad, la estabilidad y la soberanía del país sobre todo su territorio” y apoyar al gobierno “en su proceso de transición política, con el objetivo de lograr la reconciliación nacional y fortalecer la cohesión social”.
Posiciones sobre la situación en Gaza
En la Franja de Gaza, territorio perteneciente a Palestina, el ejército de Israel ha incrementado sus ataques a la población en los últimos meses bombardeando centros de salud, refugios y almacenes de alimentos, dejando decenas de miles de muertos civiles en tan sólo algunas semanas.
Además, mantiene bloqueadas las fronteras del país impidiendo el paso de la ayuda humanitaria, ocasionando problemas en la población para conseguir alimentos básicos y agua.

Tras varias semanas de ofensiva, el lunes pasado un grupo de 25 países emitieron una declaración conjunta en la que exigen un alto el fuego “inmediato” y reclaman que Israel cumpla el derecho internacional humanitario.
Los firmantes son los ministros de Exteriores de Australia, Austria, Bélgica, Canadá, Dinamarca, Estonia, Finlandia, Francia, Islandia, Irlanda, Italia, Japón, Letonia, Lituania, Luxemburgo, Países Bajos, Nueva Zelanda, Noruega, Polonia, Portugal, Eslovenia, España, Suecia, Suiza y el Reino Unido, además de la Comisión Europea.

Por otro lado, Emmanuel Macron, presidente de Francia, el jueves pasado declaró que reconocerá al Estado de Palestina mediante un “anuncio formal en la Asamblea General de las Naciones Unidas el próximo septiembre”.
Por su parte, el secretario de Estado de EE.UU., Marco Rubio, dijo en un comunicado que “rechaza enérgicamente el plan de Emmanuel Macron de reconocer un Estado palestino”.