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os sectores dominantes no titubean sobre lo que tienen que hacer en su pelea por apropiarse de las ganancias que les garantiza el programa de gobierno.
En ese sentido, hace tiempo quedó desenmascarada la mentira sobre la “libertad del mercado para regularse” o de la “lucha contra la casta”.
Una tras otra, las medidas adoptadas hasta el momento han convalidado a sus ganadores y perdedores.
De hecho, la semana pasada el Tesoro vendió más de 500 millones de dólares en menos de una semana para contener el precio del dólar. Es decir, como la libertad del mercado no alcanza para autorregularse, deciden intervenir.
La repercusión concreta es la utilización de los recursos públicos para favorecer la renta que les genera a los fondos de inversión la bicicleta financiera.
Los 10 puntos de la UIA reflejan su posicionamiento sobre el rumbo tomado asumiendose como perdedores de esas medidas, subrayando la crítica situación que representa el encarecimiento del crédito financiero.
En un país dónde se pagaron 56 billones de pesos por intereses de deuda hasta julio, mientras que el valor del salario mínimo quedó fijado en $322.200, evidentemente se utiliza el precio del salario como ancla cambiaria con el “pretexto” de que no se dispare la inflación.
El problema es que todos reclaman que el gobierno los escuche, pero está claro que sus intereses responden a otra fracción. Por lo cual, más que susurrarles recomendaciones es una necesidad realizar una medida contundente del movimiento para torcer el rumbo.
