El presidente estadounidense Donald Trump impulsa una nueva propuesta de 28 puntos para poner fin a la guerra entre Rusia y Ucrania, incluyendo beneficios comerciales para los norteamericanos.
E
l plan propone que “Crimea, Luhansk y Donetsk serán reconocidos de facto como territorios rusos, incluso por Estados Unidos” y que Rusia renuncie a otros territorios que controla fuera de estas regiones.
A su vez, otros puntos del acuerdo plantean limitar a 600.000 efectivos las FF.AA. de Ucrania y que su gobierno renuncie a sus intenciones de incorporarse a la OTAN.
Además, se invertirán 100.000 millones de dólares en activos congelados rusos en iniciativas para reconstruir e invertir en Ucrania, con Estados Unidos recibiendo el 50% de los beneficios.
Donald Trump, presidente de Estados Unidos, y Vladimir Putin, presidente de Rusia, se reunieron el pasado viernes 15 en la Base Aérea Elmendorf-Richardson, ubicada en Alaska.
Varios países de la Unión Europea, junto al Reino Unido, Canadá y Japón, advirtieron en el marco de una cumbre del G20 que el plan “es una base que requerirá trabajo adicional”.
Días después, comitivas de los gobiernos de EE.UU. y Ucrania se reunieron en Ginebra, Suiza, para rediscutir los puntos del plan, que se acortaron a 19, aunque no se informaron las modificaciones. “Ahora, la lista de pasos necesarios para poner fin a la guerra puede ser viable”, aseguró el presidente Volodimir Zelenski.
El viernes pasado, Dmitri Peskov, portavoz del gobierno ruso, anunció que Washington entregó a Rusia el plan pactado con Ucrania. A su vez, el funcionario comunicó que esta semana habrá reuniones entre delegaciones rusas y estadounidenses en Moscú.
Desde Kurdistán, el presidente Vladimir Putin admitió que la propuesta “podría servir de base para futuros acuerdos” pero subrayó que el conflicto sólo terminará “cuando los soldados ucranianos se retiren de los territorios que ocupan”.
A tres años del inicio de la guerra, la Casa Blanca restablece su relación con el Kremlin para darle fin al conflicto, al tiempo que condiciona a Ucrania a ceder minerales estratégicos para saldar su deuda con el país norteamericano.


