La política comercial lanzada por el gobierno norteamericano ha sacudido diversos sectores productivos en todo el mundo.
Desde el “Dia de la Liberación” en adelante se han producido varias idas y vueltas en las negociaciones bilaterales con países que incluyeron la adopción de aranceles para diferentes productos.
Esta posición le permitió a la administración Trump recuperar territorios económicos que habían sido ocupados por otros capitales, pero también ha generado rispideces fronteras adentro.
Trump impuso aranceles a importaciones de más de 190 países impactando en la cotización del dólar, los índices de las principales bolsas de valores y las acciones de las grandes empresas.
Carne de Brasil
Por caso, el jueves 20, Donald Trump firmó una orden ejecutiva que eliminó el arancel del 40% sobre determinadas importaciones agrícolas que procedían de Brasil, entre ellas el café, el cacao y la carne bovina.
La medida entró en vigor para aquellos embarques recibidos a partir del 13 de noviembre por lo que los importadores recibirán un reembolso de los impuestos adicionales abonados sobre esos productos, según informó la Casa Blanca.
“La reducción arancelaria devuelve previsibilidad al sector y crea condiciones más adecuadas para el buen funcionamiento del comercio”, afirmó la Asociación Brasileña de Industrias Exportadoras de Carnes (Abiec) en un comunicado.
Cabe destacar que Brasil es el mayor productor y exportador mundial de carne bovina, mientras que Estados Unidos era el segundo mayor destino de sus embarques pero fue reemplazado por la Unión Europea, y el primero es China.
En octubre, Brasil registró exportaciones por 357.000 toneladas de carne bovina, un crecimiento del 18,7% interanual. Mientras que el volumen operado en los primeros 10 meses registró exportaciones por 2,79 millones de toneladas de carne (+16,6% al mismo periodo de 2024).
A su vez, el gobierno de EE.UU. firmó recientemente un acuerdo marco con Argentina por el que se incluyó un esquema de “mejoras de las condiciones de acceso bilateral y recíproco a los mercados de carne vacuna”, sin especificar volúmenes y operaciones.
Luego del swap para las elecciones, el gobierno estadounidense anunció un acuerdo comercial con Argentina, en el marco de una reunión que sostuvieron en Washington el canciller Pablo Quirno y el secretario de Estado norteamericano, Marco Rubio.
“Los agricultores estadounidenses no están bien; de hecho, estamos pasando más dificultades que con Biden”, había declarado John Boyd, fundador de la Asociación Nacional de Agricultores Negros, a Newsweek.
En una carta enviada al presidente Trump por la Asociación de Ganaderos de Estados Unidos (USCA) denunciaron un esquema de triangulación comercial.
Desde USCA señalaron que Argentina está importando carne de Brasil para abordar problemas de abastecimiento y competitividad por lo que “la carne ‘argentina’ con destino a Estados Unidos podría ser en realidad brasileña”.
“Existe una creciente preocupación de que Brasil, un país previamente suspendido por inocuidad alimentaria, pudiera enviar carne de res a Argentina para reexportarla a Estados Unidos bajo una etiqueta argentina, aprovechando así una laguna legal de la etiqueta ‘Producto de EEUU’”, escribió USCA.
“Esta práctica permite a las multinacionales empacadoras, especialmente a las Cuatro Grandes, inundar el mercado con producto importado más barato, venderlo a precios estadounidenses y aumentar significativamente sus márgenes de ganancia, mientras que la carne de res estadounidense se presenta injustamente como ‘demasiado cara’”, argumentaron desde la asociación.


