Ocho comedores comunitarios lograron la firma de un convenio con el Municipio, comprometiendo el apoyo del mismo para el desarrollo de sus actividades.
El viernes 17 de Mayo, un grupo de comedores y merenderos barriales, denominado “Unión de Organizaciones” suscribió un convenio con la Municipalidad, en el que se acordó un “Plan Sociocomunitario y Cultural para la atención alimentaria y cultural de los sectores populares de la ciudad”. Dicho plan consiste en un compromiso del Estado Municipal para proveer regularmente de alimentos y recursos a los comedores que conforman la “Unión de Organizaciones”.
El intendente Martín Gill, previo a la firma del acuerdo, dijo: “Absolutamente todos los indicadores se han ido para arriba en la ciudad y hemos tratado de responder a esa demanda creciente. La atención de los centros de salud, los pedidos por desalojo, las intervenciones por emergencia, los problemas de gente que queda en la calle, la situación de las demandas para la asistencia escolar, la asistencia alimentaria, las tarjetas sociales”.
Por otro lado, Telma, una de las referentes de uno de los espacios barriales, declaraba a este medio: “nosotras empezamos en enero con el merendero con 20 chicos y actualmente tenemos 47. Te podés imaginar la crisis que hay, se nota cada vez más a medida que vamos viendo cómo se suman niños”.
La Unión de Organizaciones está conformada por: La Unidad, Potrerito de Malvina (Las Acacias), Centro Comunitario Pinceladas (San Nicolás), Casita Popular Eduardo Requena (Nicolás Avellaneda), Lugar de Amparo (Nicolás Avellaneda), Merendero Casa de Martita (La Calera), Manitos Unidas (San Martín) y Los Soles (Los Olmos).
Son más de 40 los comedores y merenderos relevados por este medio que se organizan para dar un alimento a un número creciente de niños que no llegan a satisfacer sus necesidades. Junto con el incremento de la desocupación y la caída del salario, el ingenio y el compromiso de la comunidad se agudiza.
Compras comunitarias. El bolsón de la Mesa por la Soberanía Alimentaria
El sábado 18, al día siguiente de la firma del convenio, se concretó otra jornada de armado y entrega de bolsones de frutas y verduras organizada por la Mesa por la Soberanía Alimentaria, conformada por movimientos gremiales, estudiantiles, religiosos y sociales, como así también por vecinos y vecinas no agrupadas de la ciudad. La actividad consiste en la compra comunitaria de alimentos directo a productores de la zona, obteniendo un ahorro de más del 50%.
De un promedio de 400 bolsones durante estos años, se saltó a más de 1000 en esta última entrega.
Si la desocupación crece y el salario cae, ¿Cómo llenamos la olla?
El aumento en la actividad de los comedores y merenderos tiene que interpretarse de la mano del empeoramiento de las condiciones de vida en los hogares de la ciudad, fundamentalmente con las condiciones laborales y el salario de los vecinos.
La Encuesta Permanente de Hogares que elabora el INDEC (centro estadístico nacional), nos permite obtener datos certeros sobre esta realidad. Lamentablemente, en nuestra provincia dicha encuesta se realiza sólamente en las ciudades de Córdoba y Río Cuarto. Sin embargo, en el último año los municipios de Villa María y Villa Nueva pusieron en funcionamiento centros estadísticos a ambos lados del Calamuchita.
A través de ellos, podemos conocer trimestralmente las tasas de actividad (porcentaje de la población entre 14 y 65 años que busca trabajo o se encuentra empleada) y de ocupación, es decir, porcentaje de la población local que se encuentra empleada, sub-ocupada (población ocupada, pero que demanda un mayor empleo) o desocupada.
Por otro lado, la Universidad de Villa María cuenta con el Observatorio Integral de la Región (OIR), que realiza distintos relevamientos sobre la situación social de la población, entre ellos el Índice de Demanda Laboral (IDL) “que cuantifica la evolución mensual de la demanda de puestos de trabajo en Villa María y Villa Nueva”.
Los datos publicados nos permiten observar que desde fines del 2017, la situación con respecto a la desocupación continúa agravándose. A nivel nacional se pasó del 7 al 9%, mientras que es notoria la suba de la población empleada que aún así demanda otro empleo, que pasó del 22 al 26%.
La misma tendencia se observa en Río IV, en Córdoba y por supuesto en Villa María, aunque con números medianamente inferiores a la media nacional. En nuestra ciudad, 6 de cada 100 personas que buscan empleo no lo consiguen (hace un año atrás eran 5), mientras que ese número se eleva a 20 en el caso de las mujeres de menos de 29 años, poniendo en evidencia una problemática latente en nuestra ciudad.
Como nos comenta el Lic. Iván Antón, coordinador del OIR, “se advierte que el volumen de pedidos (de puestos de trabajo) viene decreciendo en los últimos años, producto de una economía que no ha logrado crecer dos años consecutivos desde 2011. Este proceso se hizo más evidente a partir de 2016, y se agravó notoriamente en 2018, por lo que actualmente el IDL se encuentra en sus mínimos históricos”.
Pero si estoy empleado, ¿cómo evolucionó mi salario?
El Salario Mínimo Vital y Móvil, que en enero de 2018 se ubicaba en $9.500, pasó a ubicarse en los $12.500 en marzo de este año (incremento del 31%), mientras que la suba del salario en blanco promedio fue del 30% (el incremento del salario en negro es significativamente más bajo).
¿Y qué se puede comprar con este salario? El Consejo Profesional de Ciencias Económicas (CPCE) de nuestra provincia elabora mensualmente un indicador que mide el costo de la Canasta Alimentaria Nutricional (CAN, canasta de bienes elaborada por el Colegio de Nutricionistas de la Ciudad de Córdoba) y la Canasta Total (demás bienes y servicios no alimentarios que consume un individuo, por ejemplo: educación, vestimenta, esparcimiento, etc.).
La Canasta Alimentario Nutricional de Villa María se ubicó en abril en los $19.700 para una familia de 4 personas, cuando un año atrás era de $12.200 (es decir, una suba del 62%), mientras que el costo de la Canasta Total se elevó a $42.400 (casi 4 salarios mínimos).
Resumiendo el panorama, acceder a un empleo se volvió un desafío cada vez más duro para villamarienses y villanovenses, mientras que la suba de precios excede por más del 20% la suba de los salarios, con especial perjuicio para mujeres y trabajadores informales. Sin embargo, son muchas las iniciativas que surgen desde abajo para tratar de paliar la crisis, como comedores, merenderos, compras comunitarias y movilizaciones contra los despidos y a favor de los incrementos salariales.