La iniciativa de los trabajadores vuelve una vez más a marcar la contraposición de intereses: en un lugar, la clase trabajadora emergiendo como sujeto organizado, aunque aún fragmentado, lucha por lo que le pertenece; en el otro, empresas, bancos y fondos de inversión, decidiendo sobre las instituciones públicas, disputan la riquezas generadas por los primeros.
Mientras tanto en los medios vuelve a remarcarse la responsabilidad de este lado. Las exorbitantes ganancias detrás de los despidos y precarización laboral no emergen como una situación, aunque sí lo hace la supuesta responsabilidad de los trabajadores sobre el funcionamiento de las empresas.
Los ilustrados aumentos de tarifas, como suelen excusarse los que reparten las cartas, no trajeron aparejados mejoras en el servicio proveido ni mejoras en las condiciones laborales para los trabajadores de la empresa.
Las crisis las declaran algunos, pero las pagamos otros, usuarios estafados y trabajadores despedidos, precarizados y cesanteados.
Queda por ver el hilo conductor de todas estas medidas y su manifestación, que deja a la vista cada vez más la concentración y el saqueo que realizan sólo un grupo de personas sobre las grandes mayorías.
Las medidas por mejoras salariales y de condiciones laborales, son solo algunas de estas manifestaciones, lo que pone cada vez más la responsabilidad en nuestras manos. Una misma concepción del problema, una misma dirección en las iniciativas que hagan confluir a las partes en un todo.