“Necesitamos una solución urgente por la situación en la que estamos”, comentó a Tribuna Carlos Stasiuk, vocero de los despedidos de la empresa.
Ayer, despedidos autoconvocados se movilizaron hacia el Ministerio de Producción para reclamar ante la situación desesperante que arrastran las familias desde 2015. Allí los recibió Fernando Grasso, secretario de Industria de la Nación, que se comprometió a trabajar una propuesta para recuperar los trabajos.
La empresa
La empresa Cresta Roja, dedicada a la producción de alimentos concentrados para aves, porcinos, bovinos, y otras especies, además de otras actividades productivas como la faena de pollos, a finales de 2015 entró en cesación de deudas por alrededor de $15.000 millones, por lo que tuvo que negociar con bancos, proveedores, trabajadores, la Dian y otros.
A pesar de ello, las empresas Molino El Lobo, RPM Graneles, Algeciras S.A., Chaga Comercializadora, Cooperativa Multiactiva de Mercadeo Agrícola Agropecuaria, Jabones el Tigre y Roca S.A, Octano de Colombia S.A., junto a otros particulares, denunciaron el incumplimiento del acuerdo, lo que llevó a la intervención de la empresa.
Posteriormente, en enero de 2016 Santiago Perea, el titular de Proteinsa S.A, asumió como administrador tras el proceso de quiebra, comprando Cresta Roja por 121 millones de dólares, por decisión de la jueza Valeria Pérez Casado. En paralelo, Mauricio Macri, en ese entonces presidente, visitó la fábrica prometiendo la solución a las reincorporaciones que exigían, cosa que jamás sucedió.
A pesar de los acuerdos y las instancias de negociación, no se dio marcha atrás con los despidos y los sindicatos de Molinos, Camioneros, junto a autoconvocados comenzaron con un plan de lucha que contempló huelgas, toma de plantas, cortes de rutas y movilizaciones, lo que llevó a la paralización de la producción a mediados de 2016.
Protesta
Tribuna pudo conversar con el actual vocero de los trabajadores despedidos, Carlos Stasiuk, donde comentó la situación desesperante por la que siguen atravesando las familias. El conflicto “comenzó en 2015 con una serie de estafas para los trabajadores lo que nos llevó a manifestarnos en la entrada del aeropuerto, allí nos reprimieron”.
La respuesta oficial no varió con el tiempo, ya que “empezó a trabajar un operador puesto por el gobierno de Cambiemos, que pensamos que iba a ser la solución a nuestro problema que veníamos atravesando pero fue todo lo contrario”.
“Muchos compañeros firmaron un acuerdo marco que trajo el último operador, que fue aprobado en el Ministerio de Trabajo de Nación con Cambiemos, de Jorge Triaca, un plan operativo que es el que consistía en reducción de personal y salario y pagar la indemnización en 24 cuotas”, y los que no firmaron, como en el caso de Carlos, fueron despedidos.
Actualmente la empresa se encuentra operada por la mayor empresa avícola del país, algo que comentó como irónico ya que “el dueño de la primera empresa maneja la segunda (por Cresta Roja) y se quedó con el monopolio del pollo”. En la actualidad “está funcionando con la tercera parte de los trabajadores. En el 2015 éramos 3300 compañeros en toda la cadena productiva, y en la actualidad solo están trabajando 1200”.
Hoy la expectativa de los trabajadores autoconvocados sigue en pié para recobrar sus espacios de trabajo, ya que con el apoyo del gremio de Camioneros y Molinos, desde la secretaría de Industria de la Nación se comprometieron para el martes próximo realizar una reunión con propuestas concretas.