Tribuna conversó con Pablo Palacio, secretario general de URGARA, sobre el conflicto actual en los puertos y la histórica huelga que llevan adelante junto a aceiteros. “Las firmas del sector aumentaron exponencialmente las exportaciones mientras que, en paralelo, el pueblo se sumerge en la miseria”
La Unión Recibidores de Granos y Anexos de la República Argentina (URGARA), junto a la Federación de Trabajadores del Complejo Industrial Oleaginoso, Desmotadores de Algodón y Afines de la República Argentina (FTCIODyARA) realizaron una huelga nacional que lleva 4 días en reclamo por la recomposición salarial.
Hace meses que estos sindicatos vienen realizando distintas medidas de fuerza que, tras varios paros y conciliaciones obligatorias, aún no han tenido propuestas por parte de las cámaras empresariales.
Los empresarios se encuentran bajo la representación gremial de CIARA (Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina), CEC (Centro Exportador de Cereales), Cámara Argentina de Biocombustibles (CARBIO), Cámara Industrial de Aceites Vegetales de Córdoba (CIAVEC) y Cámara de Puertos Privados Comerciales (CPPC), y son las encargadas de negociar las paritarias con los gremios del sector.
1- ¿Cuáles son los antecedentes del conflicto actual y cuál ha sido la respuesta tanto de las cámaras empresariales como del gobierno?
URGARA agrupa todos los trabajadores que realizan la actividad de la determinación de calidad y peso de la mercadería que se comercializa en toda la cadena de oleaginosas, en lo que hace la extracción demuestra, los calados, los peritos y los auxiliares, los balances de los acopios, de las compañías de control y portuarias.
Actualmente el conflicto es con ese último eslabón, con un convenio vencido desde julio y tenemos desactualizados los salarios. Hoy ya hace 5 meses que estamos así y las empresas están demorando en la solución y planteando que hacemos pedidos desmesurados, junto con los compañeros de aceiteros que también están en la misma situación desde agosto.
Como trabajadores ni siquiera tuvimos la posibilidad de discutir una propuesta, por que las cámaras no quieren dialogar. Ninguno de los dos sindicatos tuvo la posibilidad de realizar una propuesta para recomponer los salarios.
Es el sector que más ingresos económicos le genera al país, hablando en términos ideales, porque la realidad es que se quedan con todo el esfuerzo de todos los trabajadores de Argentina porque manejan a su antojo todas las condiciones de la comercialización de granos.
Estuvimos 5 meses transitando los periodos normales de negociación, dos conciliaciones obligatorias y dos voluntarias, aguardamos que nos hagan alguna propuesta como para discutir y lo único que han salido a hablar es que tienen producción récord, que los embarques de granos se han mantenido, incluso mejorado los niveles del año pasado.
Es un sector que ha estado trabajando continuamente sin parar, inclusive en pandemia desde marzo, por que fuimos declarados trabajadores esenciales y, por lo tanto, tuvimos un primer periodo en el que tuvimos que pelear la cuestión de seguridad respecto a los contagios del COVID. Una de las puertas de acceso en la primera etapa fue por la zonas de los aeropuertos, fronteras y puertos. Estábamos trabajando con temor y obligados con un decreto de actividad esencial.
El sector no tuvo bajas en su nivel de actividad, usufructuando todos los beneficios desde poder trabajar libremente sin complicaciones y con el esfuerzo de todos los trabajadores. En una etapa en la que el dólar, que es un poco el que regula los insumos básicos de cualquier canasta familiar, ha tenido una suba importante. En paralelo, estas firmas liquidan en dólares, así que no tienen motivo para no resolver esta situación.
2- Una de las consignas que más hincapié hicieron es en la reducción de la jornada de trabajo. ¿Cuáles son los motivos que la justifican y qué avances se han tenido en ese sentido?
Venimos planteando desde hace muchos años que la actividad portuaria se regula en base a una jornada de seis horas, todos los embarques, la regulación de los turnos, la logística, los servicios, todos.
Además, venimos haciendo un trabajo desde hace varios años monitoreando la cuestión de seguridad e higiene en los ámbitos en los que desarrollamos las tareas los trabajadores. En algunos acopios no dejamos de lamentar todos los años víctimas por accidentes, desplomes, trabajadores atrapados, en contacto con material particulado en suspensión por el movimiento de cereales, en contacto con elementos agroquímicos que se utilizan para la prevención como el traslado, sumado a las plagas, palomas y roedores.
Esta situación es totalmente nociva para los trabajadores, y no es lo mismo trabajar 8, 10 o 12 horas que 6 en una planta de acopio. Entendemos por ello que es necesario y justo que se reduzca la jornada laboral, en principio por las condiciones de seguridad e higiene, como medida de prevención. La mayor cantidad de accidentes de trabajo se llevan a cabo en las últimas dos horas de trabajo.
Son cerca de 3500 las plantas de acopio, más todas las terminales portuarias, por lo que va a ser una lucha a largo plazo. Sabemos que tenemos innumerable cantidad de argumentación para tener en cuenta esto, no lo inventamos ahora, es un reclamo que viene desde hace mucho tiempo y deben ser conquistas para el sector.
En uno de nuestros convenios, en las compañías de control, los inspectores que trabajan en la determinación de calidad de los embarques tienen una jornada de 6 horas. Ese es un objetivo que tenemos en camino y por el cual estamos firmemente dispuestos a seguir discutiendo.
3- ¿Han tenido acercamiento con otros sectores de trabajadores por esta misma consigna?
Respecto a esta consigna, y teniendo en cuenta la situación de pobreza y miseria en la que está sumergida la población, seguramente se replique y se de algún tipo de acercamiento.
Lo lamentable de todo esto es que la política está profesionalizada para robarlo al país y a todos los argentinos. Acá hasta que no se sinceren intencionalidades y objetivos de la política no se va a avanzar. Están todos preocupados por mantener su empleo, hablando de los diputados, senadores y funcionarios del gobierno que esté de turno. Esto no es una cuestión que tenga que ver con lo partidario. A nosotros nos imponen tener que adecuarnos al contexto general del país en el cual el 70% de las actividades no han tenido la posibilidad de trabajar en pandemia, lo que imposibilita trabajar esta consigna.
El país necesita que por lo menos los sectores que no tuvieron complicaciones adicionales vuelquen su producción, su actividad y su esfuerzo y todo lo que le puedan mejorar el salario a los trabajadores. Acá dejamos a los exportadores que se lleven toda la plata afuera, mientras que mejorando los salarios de los trabajadores se integraría y volcaría al consumo interno.
A ningún funcionario se le cae una idea para implementar la jornada de las seis horas. Acá hay un consejo Agroindustrial para proponer la creación de 700.000 puestos de trabajo, diciendo que la solución es aumentar la producción. En el 2003/2004 el país exportaba 60 millones de toneladas y decían que había que mejorar la producción, que había que aumentar para salir adelante. en 2020 vamos a exportar 130/140 millones de toneladas, casi 3 veces más que hace 16 años y estamos más fundidos que antes. ¿Qué hicieron con toda la producción que aumentó en los últimos años? ¿A quién le van a mentir ahora que tienen que aumentar un 40% más la producción? Si queremos cambiar las cosas tenemos que cambiar lo que hacemos.
Tenemos que discutir qué país queremos y cómo lo vamos a manejar, porque evidentemente la prueba palmaria del desastre que se viene generando en el país es el aumento exponencial de las exportaciones de este sector y en paralelo la miseria. Teniendo en cuenta que es una de las principales actividades del país que genera el 40/50% del ingreso de divisas en el país. Si quieren generar bienestar tienen que generar trabajo, y los trabajadores no podemos esperar a un proceso de aumento de la producción. Tienen que hacerlo ahora y es necesario que la gente se vuelque al trabajo.
Siempre dicen que tenemos que hacer un esfuerzo todos, que todos tenemos que aportar un poco para salir de esta situación, pero en los últimos años siempre ponen los mismos: el esfuerzo es de los trabajadores y los que menos tienen. Mientras que el 5% que concentra la riqueza del país siguen riéndose de todos los argentinos, en complicidad con un sector político que está totalmente fuera de la realidad y no resuelve los problemas.
4- ¿Cuáles son los desafíos en adelante como recibidores de granos y cuales son los desafíos como clase trabajadora en el país?
El desafío es trabajar para mejorar y ser un vehículo de generación de empleo. La gran mayoría de los sindicatos queremos la mejora de las condiciones de vida de los trabajadores que representamos y también del movimiento obrero en su conjunto, y del ciudadano en general.
Las decisiones que se toman actualmente son porque cada uno mira su ombligo de su sector y en el movimiento obrero esa situación profundiza los problemas. Todos añoramos un movimiento obrero unido, que genere y trabaje para sacar al país adelante y ojalá lo podamos volver a hacer, de que podamos inclinar la balanza hacia nuestro lado y no para el lado de los que mas tienen, mas pueden y que nos vienen arruinando desde hace muchos años.
Nosotros somos parte, somos conscientes y queremos ser artífices de un país que cambie a corto, mediano y largo plazo con un trabajo a conciencia y con planificación, con políticas que piensen en problemas para resolver en serio, y no mantener sus propios beneficios.