Frente a la sostenida caída del consumo de carne y el aumento de los precios, el Gobierno lanza un registro para controlar irregularidades en las exportaciones.
“Si seguimos viendo este tipo de comportamientos especulativos, no nos va a temblar el pulso a la hora de cerrar las exportaciones de carnes”, advirtió ante el aumento de precios Paula Español, la secretaria de Comercio Interior, en declaraciones radiales, días antes de la puesta en marcha de un nuevo registro para la exportación de carnes.
La semana pasada el Gobierno anunció el curso de la medida donde “establece mayores requisitos para la exportación de carne vacuna con el fin de generar mayor transparencia y trazabilidad y evitar prácticas ilegales y especulativas”.
De esta forma, las ventas al exterior estarán sujetas a la Declaración Jurada de Operaciones de Exportación de Carne (DJEC), apuntando a controlar la subfacturación en las ventas externas y verificar el cumplimiento de acuerdos de precios y abastecimiento.
La medida, formalizada en el Boletín Oficial de ayer, aplicará a las ventas de “carne fresca, refrigerada o congelada de las especies bovina, porcina, ovina, caprina, equina y Gallus domesticus”.
La resolución rige para aquellas compañías del sector industrial que facturen más de $3.955,2 millones por año y las del sector comercial que registren una facturación anual superior a $3.698,27 millones.
En respuesta, la Mesa de Enlace lanzó un comunicado donde criticó la medida: “Seguir generando más burocracia innecesaria con registros e instrumentos ya fracasados es lo contrario a la necesidad de generar expectativas positivas sobre la producción y la inversión”.
“A la inflación se la debe atacar por sus verdaderas causas, no por sus efectos. La causa de la inflación, incluido el aumento de los precios de los alimentos, es el exceso de emisión monetaria como consecuencia de un gasto público galopante y de baja calidad, producto a su vez de un Estado sobredimensionado e ineficaz”, añadió la entidad.
“A la inflación se la debe atacar por sus verdaderas causas, no por sus efectos”
Por su parte, el presidente de CICCRA (Cámara de la Industria y el Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina), Miguel Schiariti dijo: “da la sensación de que el Gobierno está volviendo a 2006. Si solo es un registro no es problema, pero sí lo es que se reediten los ROE para limitar la exportación y generar corrupción”.
Esta medida se da en el marco del objetivo del gobierno de “cuidar el consumo y proteger el mercado interno”. Anteriormente la Secretaria de Comercio Interior decidió intimar a 1000 empresas grandes a fabricar y comercializar al máximo de su capacidad instalada.
Sin embargo, el consumo local de carne vacuna se derrumba: entre enero y marzo de este año registró su cifra más baja en 18 años. Según un informe de CICCRA, el volumen absorbido por el mercado interno en ese período se ubicó en 527.300 toneladas res con hueso, con un promedio mensual de 175.800 toneladas. Por habitante, el organismo informó que a lo largo de 2020 el consumo promedió 49,3 kg, una caída de 2,5% al 2019.
Y mientras el consumo cae, las exportaciones de carne vacuna suben, alcanzando en 2020 las 900 mil toneladas peso res, un 7% de aumento en relación al 2019, según un informe del Consorcio de Exportadores de Carnes Argentinas (ABC), recaudando ingresos por USD 2.718 millones.